El consumo de tecnología en niños pequeños va en franco crecimiento, como lo demuestran varios estudios. Uno de ellos, publicado en la revista Archives of Disease in Childhood, entrevistó a 82 padres de bebés de entre 12 y 30 meses.
El 87% aceptó que les daba la tableta o el celular a sus hijos para jugar y el 62% dijo haberles descargado aplicaciones. Aún más: el 91% de los padres indicó que los menores manipulan y cambian imágenes en la pantalla táctil; 50% reveló que sus niños desbloquean el dispositivo, y 64% que buscan aplicaciones e interactúan con ellas.
Los niños en edad escolar también muestran hábitos de consumo de tecnología alarmantes. Un estudio llevado a cabo en 2014 por Kaiser Foundation, que mostraba que los niños en edad de primaria consumen un promedio de 7,5 horas diarias de tecnologías del entretenimiento, el 75% de ellos tiene televisor en su dormitorio, y el 50% de los hogares estadounidenses tiene la televisión encendida todo el día.
Sabemos los efectos que poseen estas conductas en el hogar y en el sano desarrollo de la vida familiar. Pero ¿conocemos los efectos en el cerebro y desarrollo de los niños?
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La introducción temprana de pantallas en la vida de los niños es un problema real, según el pediatra especialista en neurodesarrollo Antonio Rizzoli, jefe de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo del Hospital Infantil de México, “el 85% del cerebro se desarrolla en los primeros tres años de vida. La primera parte que se forma es la sensorial, y para esto se necesita el constante contacto físico con los padres. El organismo humano no está diseñado para exponerse a dispositivos tecnológicos tan temprano”.
El doctor Claudio Waisburg, director médico del instituto neuropediátrico SOMA, está de acuerdo e indica que, desde el punto de vista neurobiológico, los sistemas sensorial, motor y emocional del niño, en pleno desarrollo, no han evolucionado para englobar el carácter sedentario pero enloquecido y caótico de la tecnología actual.
La mayoría de los expertos coincide que, antes de los dos años, los niños no deberían tener ningún tipo de exposición a la tecnología o a las pantallas.
Después de esto, se pueden utilizar con límites de una hora al día, y con supervisión parental. También recomiendan que el uso sea interactivo: leer cuentos con sus padres o juegos educativos, en vez de ser un medio de consumo pasivo de videos y otras aplicaciones que solo entretienen.
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No se trata de satanizar la tecnología, pero los padres deben conocer cómo funciona el desarrollo de sus hijos para así proveerles con las experiencias necesarias para un sano crecimiento.
De acuerdo con Waisburg, los cuatro factores críticos para un desarrollo saludable del niño son:
- el movimiento
- el tacto
- la conexión humana
- el contacto con la naturaleza.
“Estos tipos de aportaciones sensoriales garantizan el desarrollo normal de la postura, la coordinación bilateral, los estados óptimos de excitación y la autorregulación que hacen falta para adquirir las bases necesarias para la escolarización”, afirmó el pediatra.
Las recomendaciones entonces se basan en limitar el tiempo de exposición a las pantallas y utliizarlos como medios de aprendizaje y no de entretenimiento. Uno de los errores que cometen los padres hoy es darles el aparato para que se entretengan y estén tranquilos. Si vemos la tecnología como una herramienta de aprendizaje, podremos limitar mejor los tiempos de exposición, supervisar los contenidos y acompañarlos en su uso.
La autora Catherine L’ecuyer en sus libros: Educar en el asombro, y Educar en la Realidad trata a profundidad estos temas, y cómo la mente del niño exige contacto con la realidad y con lo humano para un desarrollo integral: “La mejor preparación para el mundo online, es el mundo offline”.
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L’ecuyer concluye que, el asombro, la admiración por la belleza, las experiencias reales, el deporte, el contacto humano, son los verdaderos aceleradores del aprendizaje de los niños. Y mientras los padres comprendamos eso, podremos enseñarlos a utilizar las tecnologías en su debido momento y con los límites necesarios de acuerdo a su edad.
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