Campaña de Cuaresma 2025
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Este domingo, el Evangelio del día nos invita a reflexionar sobre como vivir realmente nuestra fe, pues la fe no solo se vive en los momentos espirituales elevados, sino que se demuestra en la vida diaria, escuchando y obedeciendo la voluntad de Dios. Necesitamos momentos de encuentro con Dios para no desfallecer en las pruebas.
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Escuchas realmente la voz de Dios?
Jesús sube al monte con Pedro, Santiago y Juan para orar, y en ese momento su rostro cambia y sus vestiduras se vuelven resplandecientes.
Moisés y Elías aparecen y hablan con Él sobre su partida, su Pascua en Jerusalén.
Los discípulos, cansados y con sueño, casi se pierden el momento.
Cuando despiertan, ven la gloria de Jesús y Pedro, emocionado, dice:
"Maestro, qué bien estamos aquí. Hagamos tres tiendas."
Pero no entiende que ese momento no es para quedarse, sino para prepararse.
Entonces, una nube los cubre y se escucha la voz del Padre:
"Este es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo."
Dios nos habla, pero el ruido del mundo y nuestras distracciones nos impiden escucharlo.
A veces queremos quedarnos solo en la comodidad de la fe, sin bajar a la realidad ni afrontar la cruz.
Pedro quería quedarse en la gloria, pero el camino de Jesús pasa primero por la cruz.
Jesús les muestra su gloria para fortalecerlos antes del sufrimiento.
Nosotros también necesitamos momentos de encuentro con Dios para no desfallecer en las pruebas.
No podemos vivir solo de momentos espirituales hermosos. La fe se demuestra en la vida diaria.
Hoy Dios te dice: "Escucha a mi Hijo."
No basta con admirarlo, hay que obedecerlo.


