Hoy, en el Evangelio de san Marcos, Jesús nos enseña una gran lección, aunque enfrentemos dificultades y tormentas en la vida, no debemos temer, ya que Dios siempre está con nosotros, incluso cuando parece ausente.
En la reflexión que el padre Giovanni hace del Evangelio de hoy, comparte:
¿Dónde está tu fe cuando la tormenta golpea tu vida?
Jesús y sus discípulos suben a la barca para cruzar al otro lado del lago. De repente, una tormenta violenta los sorprende. Las olas azotan la barca, el viento ruge y el agua empieza a entrar. Los discípulos entran en pánico.
Pero Jesús… duerme.
Ellos lo despiertan con desesperación: "Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?"
Jesús se levanta, ordena al viento y al mar que se calmen, y de inmediato todo queda en completa paz. Luego los mira y les pregunta:
"¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?"
Esta escena refleja lo que muchas veces vivimos. Cuando todo está tranquilo, confiamos en Dios. Pero cuando llegan las tormentas, el miedo nos paraliza.
¿Cuántas veces hemos sentido que Dios está "dormido", que no responde, que parece ausente en medio de nuestras crisis?
Pero aquí está la clave: Jesús siempre estuvo en la barca. Nunca los abandonó, nunca dejó de tener el control. El problema no era la tormenta, sino la falta de fe.
Dios nunca prometió que no habría dificultades, pero sí prometió que estaría contigo en medio de ellas.
No te dejes dominar por el miedo. No dejes que la tormenta te haga olvidar quién está en tu barca. Si Jesús está contigo, no importa cuán fuerte sea el viento.