Ante los miles de peregrinos y los numerosos grupos italianos reunidos en el Aula Pablo VI en un ambiente muy cálido, el Papa Francisco invitó a vivir el Jubileo como “un tesoro de gracia y de misericordia”.
El pontífice de 88 años, que habló con una voz más vibrante que en días anteriores y parecía encantado con el ambiente digno de un estadio de fútbol, desarrolló una breve enseñanza sobre la esperanza como "virtud teologal". Desarrolló la etimología de la palabra virtus que “en latín significa 'fuerza'; por tanto, una fuerza que viene de Dios”.
“La esperanza, por tanto, no es un hábito o un rasgo de carácter (que tenemos o no tenemos), sino una fuerza que pedimos”, explicó Francisco. Por eso nos convertimos en peregrinos: venimos a pedir una donación, a empezar de nuevo en el camino de la vida. El Papa insistió repetidamente en este verbo “comenzar de nuevo”, invitando a la multitud a repetirlo.
Juan el bautista
Volviendo a la figura de Juan Bautista, explicó que “así como hoy cruzamos la Puerta Santa, Juan nos invita a cruzar el Jordán y entrar en la Tierra Prometida”. Pero al igual que Juan Bautista, que estuvo encarcelado, "también nosotros, durante nuestra peregrinación, tenemos muchas preguntas, porque hay muchos 'Herodes' que todavía se oponen al Reino de Dios", admitió.
“Pero Jesús nos muestra el nuevo camino de las Bienaventuranzas, que son la ley sorprendente del Evangelio”, explicó el pontífice. “El más pequeño, en el Reino de Dios, es grande”, insistió el Papa.
“De Juan Bautista, entonces, aprendamos a cuestionarnos a nosotros mismos. La esperanza para nuestra casa común –esta Tierra nuestra maltratada y herida– y la esperanza para todos los seres humanos, descansan en la diferencia de Dios”, aclaró.
“Partamos de esta originalidad de Dios, que brilló en Jesús y que ahora nos compromete a servir, a amar fraternalmente, a reconocernos pequeños. Y ver a los pequeños, escucharlos y ser su voz. ¡Aquí está el nuevo comienzo, nuestro jubileo!", insistió el Papa.
Próximas audiencias jubilares
Al final de las llamadas lingüísticas, el Papa invitó a “rezar por la paz”. “Nunca olvidemos que la guerra es siempre una derrota. Oremos por los países en guerra, para que llegue la paz”, rogó el Papa, sin nombrar ningún país en concreto.
Las próximas audiencias jubilares, que se suman a las tradicionales audiencias generales de los miércoles, según un formato similar, se celebrarán los sábados 1, 15 de febrero, 1 y 15 de marzo.