En Brasil, desde hace una década, la epifanía es una fecha especial para ayudar. Los niños y adolescentes de la catequesis Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) se disfrazan de reyes magos para salir a las calles cantando, rezando y llevando una bendición a todos los hogares que visitan. A cambio, recolectan dinero que se envía a diferentes continentes para asegurar que niños y mujeres embarazadas tengan lo necesario para nacer, crecer y vivir una vida digna.
Esta iniciativa se inspiró en la tradición alemana del Kindermissionwerk y, además de la ayuda que consigue, despierta el espíritu misionero y la solidaridad de los niños que participan.
Maria das Graças Silva Gervásio, coordinadora de la Pastoral de la Infancia Internacional, explicó a ADN Celam que los recursos que se recaudan con esta iniciativa llegan a diferentes partes de África, Asia y América del Sur
Gracias a esta ayuda, es posible capacitar a los líderes -en salud, educación, nutrición y ciudadanía- que atenderán a niños y mujeres embarazadas en países en los que existe una falta de alimentación, atención médica y saneamiento básico.
Una Iglesia en salida
María señala que esta iniciativa ayuda a seguir el llamado del Papa Francisco: “Ser una Iglesia en salida”. Y recuerda al documento de Aparecida:
“Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo por su capacidad de acoger con sencillez el mensaje evangélico. Jesús los eligió con especial ternura (cf. Mt 19,14) y presentó su capacidad de acoger el Evangelio como modelo para entrar en el Reino de Dios”.
Y concluye: “Celebrar la manifestación de Jesucristo, encarnado en la realidad actual, es presentar las condiciones para que todos los niños nazcan y crezcan en sabiduría, estatura y gracia (cf. Mt 2,52) y vivan dignamente con todos los derechos garantizados en cualquier lugar del mundo”.