Después de disfrutar de demasiadas galletas navideñas y tazas de ponche durante las fiestas, muchos de nosotros empezamos el nuevo año con ambiciosos objetivos para recuperar la forma física... ¡este santo patrón será de gran ayuda para lograrlo!
Podemos inspirarnos en la historia de san Sebastián, patrón de los atletas. Su festividad cae el 20 de enero, por lo que es el santo perfecto para esta época del año.
Por qué san Sebastián es un gran patrón para los objetivos de salud
Antes de su martirio, Sebastián fue capitán de la Guardia Pretoriana. Su trabajo requería una forma física excepcional.
Pero no era solo un atleta experto. La forma física de san Sebastián reflejaba su disciplina espiritual.
Los relatos históricos nos dan los nombres de los mártires cristianos a los que Sebastián animó a mantenerse firmes en su fe, y de los conversos que trajo a Cristo a pesar de la amenaza de muerte:
"Se hizo soldado del ejército romano en Roma hacia 283, y animó a Marceliano y Marco, condenados a muerte, a permanecer firmes en su fe. Sebastián hizo numerosos conversos: entre ellos, el maestro de los rollos, Nicóstrato, que estaba a cargo de los prisioneros y su mujer, Zoé, una sordomuda a la que curó; el carcelero Claudio; Cromacio, prefecto de Roma, al que curó de gota; y el hijo de Cromacio, Tiburcio. Cromacio liberó a los prisioneros, puso en libertad a sus esclavos y dimitió como prefecto".
San Sebastián comprendía profundamente tanto la salud física como la espiritual. Podemos pedir sus oraciones mientras perseguimos nuestros propios objetivos de salud. Como él, esperamos que nuestros esfuerzos físicos nos ayuden a crecer en las virtudes que necesitamos para ser también espiritualmente fuertes.
Las virtudes de san Sebastián
Las virtudes de san Sebastián son grandes principios para guiarnos a todos este mes de enero y más allá:
1Fuerza física para los demás
Estar más sano no es solo un logro personal. Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo recibe la señal de que necesitamos más energía, así que nos encontramos con que tenemos más energía.
Este aumento de energía y fuerza nos hace más capaces de ayudar a los demás, ya sea persiguiendo a los nietos o levantando cajas cuando un amigo se muda de piso.
Al igual que san Sebastián utilizó sus habilidades atléticas para proteger y servir a los demás, nuestra forma física nos permite servir mejor a nuestras familias y comunidades. Saber que lo hacemos por nuestros seres queridos puede ayudarnos a seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles.
2Perseverancia
Una de las partes más salvajes de la historia de san Sebastián es cómo sobrevivió a su primer martirio por flechas, lo que le convierte en "el único santo martirizado dos veces".
Cuando se descubrió que era un cristiano que había convertido a muchos soldados, Sebastián fue condenado a morir flechado. Los arqueros lo dieron por muerto, pero una viuda cristiana que acudió a enterrar su cuerpo lo encontró aún vivo, pero a duras penas. Le soltó las ataduras y se lo llevó para que lo curaran.
Cuando recobró las fuerzas, decidió enfrentarse de nuevo al emperador, sabiendo que eso significaba una muerte segura. No es exagerado suponer que su larga práctica de templar su voluntad para desarrollar su fuerza física le preparó para su perseverancia final en defensa de su fe.
Cómo pedir ayuda a san Sebastián
¿Cómo podemos inspirarnos en san Sebastián en nuestra vida cotidiana? He aquí algunas maneras prácticas de seguir su ejemplo:
- Ora antes de hacer ejercicio, eligiendo una intención específica por la cual ofrecer tu esfuerzo del día.
- Invita a tus amigos de la iglesia a que te acompañen al gimnasio o a una caminata, creando una comunidad en torno a la actividad física y la fe.
- Elige ejercicios que desarrollen fuerza funcional, lo que hará que sea más fácil servir a los demás con energía.
- Incorpora la oración a tu ejercicio, como escuchar una meditación mientras sales a correr, o rezar el Rosario mientras caminas por la pista.
- Pídele a san Sebastián que ore por ti: la oración puede fortalecer nuestra determinación de hacer cosas difíciles
