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¿Es pecado utilizar decoraciones espeluznantes en Halloween?

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Philip Kosloski - publicado el 29/10/24
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Aunque muchas decoraciones de Halloween son inofensivas, hay un lado más oscuro que puede dar pie a una visión deformada del mundo y quizás también del pecado

¿Es pecado? la realidad es que en Estados Unidos - y va aumentando la tendencia en muchos países de Latinoamérica - Halloween se ha convertido en una fiesta cada vez más popular para decorar la casa o el apartamento con diversos accesorios.

Suelen ser calabazas, esqueletos, gatos negros o murciélagos. Sin embargo, en los últimos años se ha convertido más bien en un concurso para ver qué casa da más miedo.

Aunque decorar una casa de determinada manera no es intrínsecamente pecaminoso, hay adornos concretos que cruzan la línea.

Un amor antinatural por la violencia

Los cristianos deberían cuestionar el uso de decoraciones excesivamente violentas destinadas a asustar a personas de todas las edades.

Se ha vuelto habitual ver casas con salpicaduras de sangre falsa, huellas de manos ensangrentadas o cuerpos desmembrados en el jardín delantero.

David Mills escribió un artículo para Aleteia inglés sobre el aumento de imágenes violentas relacionadas con Halloween, relatando la experiencia de un periodista:

"El periodista Matthew Gindin también se encogía de hombros, hasta que tuvo un hijo. Ahora, escribe en Forward, 'me cuesta imaginar por qué querría exponer a mi hijo a imágenes de asesinato, muerte, maldad y terror sobrenatural con fines recreativos'".

No a las imágenes grotescas

A la Iglesia no le asusta contemplar la muerte, ya que existe una larga historia de uso de calaveras como forma de recordarnos nuestra mortalidad.

Sin embargo, el uso de imágenes grotescas de muertes violentas no entra en esa categoría. Como con cualquier pecado potencial, uno debe consultar a un director espiritual o confesor y preguntar si una decoración de Halloween en particular es inocente o pecaminosa.

También debemos considerar cómo pueden afectar nuestras acciones a los demás. Si nuestra decoración provoca en niños o adultos pesadillas que les persiguen y les llevan a un estado de miedo constante, puede que no sea una buena idea.

El asesinato es, sin duda, un pecado, y deberíamos pararnos a pensar antes de decorar nuestra casa de forma que lo glorifique.

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