La prisa con la que va la vida, al igual que nuestras actividades diarias, nos hace perder la calma. Y para combatirlo, el Papa Juan XXIII nos ha dejado un decálogo en el cual ha escrito 10 mandamientos para mantener la serenidad.
Juan XXIII: modelo de serenidad
No por nada el Papa Juan XXIII era considerado "el Papa bueno" y es que fue un claro ejemplo de bondad y, además, mostró una amplia capacidad para resolver, de manera serena, situaciones complejas. Sin duda, un Papa muy querido que nos sigue compartiendo enseñanzas aún en nuestros tiempos.
Solo por hoy
El obispo José Ignacio Munilla compartió que "la sabiduría del 'solo por hoy' es una llamada a responder aquí y ahora a la llamada de Dios y a no dar largas".
Haciendo referencia al llamado que Dios nos hace cada día a la conversión y para ello es necesario pasar por el aquí y el ahora, "puesto que Dios espera una respuesta de nosotros en este momento".
Lo cual, nos ayuda a entender que no podemos dejar las cosas para después, mucho menos si se trata de Dios, no podemos esperar a ser santos, tenemos que empezar ¡ya! Si vivimos con la mentalidad de hacer las cosas "solo por hoy", cada día iremos notando un gran cambio en donde llevaremos una vida de virtud.
Además, el obispo de Orihuela- Alicante enfatizó que las cosas las debemos hacer "concentrando nuestras fuerzas al momento presente sin abrumarnos". Si te preguntas cómo lograrlo, te compartimos los consejos de san Juan XXIII.
Decálogo de la serenidad:
1. Solo hoy trataré de vivir exclusivamente este día, sin querer resolver el problema de mi vida, todo de golpe.
2. Solo hoy pondré toda la atención en mi aspecto cortés respecto a mi comportamiento, no criticaré a nadie, y no querré mejorar o disciplinar a nadie, sino sólo a mí mismo.
3. Solo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo, sino también en este.
4. Solo hoy me adaptaré a las circunstancias, y no querré que las circunstancias se adapten a todos mis deseos.
5. Solo hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Solo por hoy haré una buena obra, y no lo diré a nadie.
7.Solo por hoy haré algo que no me guste hacer, y si me siento ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se dé cuenta.
8. Solo hoy me haré un programa detallado, quizá no lo cumpliré todo; sin embargo, lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Solo hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la Providencia de Dios se ocupa de mí como si el mundo no hubiera nadie más.
10.Solo hoy no tendré miedo. Sobre todo no tendré miedo de gozar de todo lo que es hermoso y de creer en la bondad.
Como ves, san Juan XXIII logró la santidad y su buen estilo de vida, llevando como filosofía de vida el hacer lo que tenía que hacer en el momento presente, sin dejarse llevar por los pensamientos ansiosos del futuro que desconocemos si van a suceder y cómo serán. Lo único que tenemos para dar gloria a Dios es el presente.