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¿Puedes hablar de cualquier tema delante de tus hijos?

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Caroline Moulinet - publicado el 23/06/24
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Como padres, una buena forma de discernir qué temas tratar con sus hijos es preguntarse si están preparados para hablar del tema directamente, sin rodeos, pero con las palabras adecuadas

Sería muy difícil para los adultos hablar sin que los hijos les oyeran. Los niños también crecen observando a los adultos, percibiendo sus actitudes, sus entonaciones, las palabras que utilizan, aunque no entiendan el significado de todos los temas planteados.

¿Hay temas más o menos sensibles a los que debamos prestar más atención en presencia de los oídos de los niños? Aleteia comparte la experiencia de varias familias.

Los niños tienen una gran creatividad, lo que les permite imaginar e interpretar literalmente ciertas metáforas. Algunas expresiones pueden resultar inquietantes. Christina recuerda:

"Cuando era pequeña, mi abuela solía decir que había que 'meterle plomo en el cerebro' a cierto empleado. Salvo que, al venir de una familia de cazadores, yo no entendía que el señor simplemente tenía que entender algo ¡Pensaba que mi abuela iba a pegarle un tiro, literalmente! ¡Así que le tenía mucho miedo!"

Presta atención a las palabras utilizadas.

Las palabras mal entendidas pueden provocar ansiedad. Por ejemplo, en relación con la situación económica de la familia o el empleo de los padres. "Nunca hablamos de dinero delante de los niños. Es una cultura familiar", comparte Sandra.

Para Marie, las finanzas familiares se discutieron por primera vez cuando su esposo perdió el trabajo. "Los niños nos escucharon hablar de eso, estábamos preocupados porque mi salario no alcanza para la familia. Terminamos explicándoles directamente a los niños que su papá no tenía trabajo en ese momento, para que pudieran comprender mejor nuestra ansiedad y supieran que este estado era transitorio".

Laura tiene mucho cuidado con las palabras utilizadas. "Evito palabras que asustan a la gente: cáncer, desempleo, desastre natural. Incluso la palabra "ataque" es difícil de pronunciar, aunque no sé con qué reemplazarla. Cuando mi padre tuvo cáncer, yo estaba preocupada. Al principio, hablé con mi marido al respecto evitando que los niños estuvieran allí. Y luego, con las vacaciones de verano, nos dijimos que se enterarían por sus primos así que tomamos la iniciativa. Pero no dije la palabra 'cáncer', dije que su abuelo tuvo que ser operado para eliminar células que no eran buenas para su salud".

Explica, acompaña en lugar de esconderte

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En cuanto a temas sensibles para ella, Laura prefiere explicarlo con sus propias palabras: "Pienso especialmente en la sexualidad y la anticoncepción. Preferí explicarle nuestro punto de vista a nuestra hija antes de que otros le hablaran al respecto. Entonces, cuando surge el tema y sé que ella está escuchando la conversación de los adultos, me aseguro de ser firme y coherente en mis posiciones".

La muerte también es un tema que requiere que los adultos presten especial atención. Marie recuerda con dolor los silencios cuando tenía ocho años. Ella explica: "Mi abuelo acababa de morir, me lo dijeron solo una semana después. Fue terrible. Como si sufriera su muerte además de la traición de los demás".

La muerte se presentó de otra manera para Laetitia: "Tuve un aborto espontáneo. Se lo dijimos a los niños, pero después de dos semanas. Necesitábamos primero vivir este tiempo como pareja, hablar de ello sin su presencia".

Cuando la muerte ocurre de manera accidental o violenta, los niños corren el riesgo de escuchar a los adultos hablar de ello sin entenderlo realmente. Yves comparte: "Nuestro hijo se enteró del ataque a este adolescente en París y no entendió lo que había sucedido. Él me habló de eso. Tenía que comprender esta tragedia porque, en cualquier caso, lo sabía. Por otro lado, evité los detalles morbosos, no hace falta añadir más oscuridad a la película".

Una clave para el discernimiento

Es natural que los adultos hablen de todos los aspectos de la vida. Una clave para discernir si pueden hablar de cualquier tema delante de los niños puede ser simplemente si también estarían dispuestos a hablar con ellos sobre ese tema directamente. Con palabras adaptadas a su edad y en el momento adecuado. Teniendo presente preservar la sensibilidad de los niños y su inocencia, en la medida de lo posible y según la situación.

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