El Papa Francisco ha nombrado a Benjamín Estévez de Cominges Secretario General de la Secretaría para la Economía (SPE) a partir del 1 de febrero de 2024. El laico español de 49 años ha sido delegado para la administración del Dicasterio para la Evangelización en la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares desde diciembre de 2021.
Como Secretario General del Secretariado para la Economía, Benjamín Estévez de Cominges trabajará junto a otro laico español, el economista Maximino Caballero Ledo, que asumió su cargo de Prefecto el 1 de diciembre de 2022, tras la dimisión por sorpresa del padre Juan Antonio Guerrero Alves, que había sucedido al cardenal George Pell. Hasta 2022, el propio Maximino Caballero Ledo ocupaba el cargo de secretario y aún no había sido sustituido.
Con este nombramiento se completa el organigrama del organismo encargado de controlar todas las decisiones económicas del Vaticano y de la Santa Sede, incluida la contratación, que pasa a ser responsabilidad de un departamento de recursos humanos integrado en la SPE.
Nacido el 15 de abril de 1974 en Vigo (España), Benjamín Estévez de Cominges estudió ciencias de la gestión en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) de Estados Unidos. También se licenció en ingeniería superior por la Universidad de Vigo y la Katholieke Universiteit Leuven (homóloga flamenca de la Universidad Católica de Lovaina) en Bélgica, así como en economía y gestión empresarial en una universidad a distancia en España.
Tras dirigir una empresa de nueva creación, fue Director General para Asuntos Económicos en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, antes de ser llamado a Roma en diciembre de 2021 como Delegado para la Administración del Dicasterio para la Evangelización, dentro de la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares.
En el marco de la reforma de la Curia Romana, se le encomendó la delicada tarea de poner al día la gestión de la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos, responsable de los territorios de misión y con una importante cartera inmobiliaria sobre la que el Papa Francisco quiere recuperar el control. Conservará esta responsabilidad durante algunas semanas más para garantizar una transición eficaz a su sucesor cuando sea nombrado.