Santa Teresita de Lisieux sufrió una tristeza profunda psicológica y espiritual después de la muerte de su madre y la ausencia de su hermana Paulina -que se había convertido en una segunda madre para ella- cuando ingresó a la orden del carmelo.
En Historia de un alma, Teresita cuenta cómo fue curada un 13 de mayo de 1883, en la fiesta de Pentecostés. A partir de ese momento, comenzó su devoción a la advocación de "la Virgen de la sonrisa".
Años después, llevó esta devoción al Carmelo de Lisieux y, finalmente, fue divulgada en todas las ordenes carmelitas y se propagó por todo el mundo.
Oración para superar la depresión
Con esta oración a la Virgen de la sonrisa podemos pedir que, así como santa Teresita fue curada de la depresión, todos los que sufren esta y otras enfermedades psiquiátricas sean consolados y fortalecidos:
Oh María, Madre de Jesús y nuestra,
que con una clara sonrisa te dignaste consolar
y curar a tu hija santa Teresita del Niño Jesús de la depresión,
devolviéndole la alegría de vivir
y el sentido de su existencia en Cristo Resucitado.
Mira con maternal afecto a tantos
hijos e hijas que sufren con la depresión,
trastornos y síndromes psiquiátricos y males psicosomáticos.
Que Jesucristo cuide y dé sentido a la vida de tantas personas,
cuya existencia a veces está deteriorada.
María, que tu hermosa sonrisa no deje que
las dificultades de la vida oscurezcan nuestra alma.
Sabemos que solo tu hijo Jesús puede satisfacer
los anhelos más profundos de nuestro corazón.
María, mediante la luz que brota de tu rostro,
transparenta la misericordia de Dios.
Que tu mirada nos acaricie, y nos convenza de que
Dios nos ama y nunca nos abandona,
y tu ternura renueve en nosotros la autoestima,
la confianza en las propias capacidades,
el interés por el futuro y el deseo de vivir feliz.
Que los familiares de los que sufren con la depresión
ayuden en el proceso de curación, nunca considerándolos
farsantes que usan la enfermedad con intereses de comodidad,
sino que los valoren, escuchen, comprendan y animen.
Virgen de la Sonrisa, alcánzanos de Jesús la verdadera curación
y líbranos de alivios temporales e ilusorios.
Curados, nos comprometemos a servir con alegría,
disposición y entusiasmo a Jesús como discípulos misioneros,
con nuestro testimonio de vida renovada.
Amén.
Al terminar se rezan 2 ave marías en honor de las dos lágrimas de alegría que rodaron por el rostro de santa Teresita del Niño Jesús cuando fue tocada por la sonrisa de Nuestra Señora.