¿Está a punto de ser beatificado el arquitecto de la suntuosa Sagrada Familia? Al menos, ese parece ser el deseo de la Arquidiócesis de Barcelona, que ha dado un verdadero impulso a la causa de beatificación de Antoni Gaudí, ya reconocido como "siervo de Dios".
El 4 de diciembre de 2023, el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, creó la Asociación Canónica para la Canonización de Antoni Gaudí. Ésta toma el relevo de la asociación civil encargada de promover su beatificación, creada en 1992, en un momento en que el Papa Juan Pablo II había alentado la promoción de los laicos.
La "positio" (un expediente que enumera todas las virtudes de un siervo de Dios) se puso entonces en conocimiento de la Congregación para las Causas de los Santos, encargada de "todo lo que, según el procedimiento establecido, conduce a la canonización de los siervos de Dios" (Pastor Bonus, Juan Pablo II). Este paso marca el inicio del procedimiento de beatificación de este "arquitecto-monje", cuya espectacular obra arquitectónica, así como su gran piedad, dejaron una huella imborrable.
Una fe ferviente
Nacido en 1852, Antoni Gaudí está considerado un monumento de la arquitectura modernista catalana. Visionario en su obra, ferviente en su fe, su legado es la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, cuya construcción comenzó en 1882 y seguía inacabada en el momento de su muerte, en 1926. Su finalización está prevista 100 años después, en 2026. En vida, el arquitecto ya destacaba a los ojos de sus contemporáneos. Llevaba una vida de oración, regulada como por un papel de música, siguiendo un ritmo casi monacal, y hacía gala de una humildad absoluta, rehuyendo honores y distinciones a pesar de su genialidad, llegando incluso a negarse a ser fotografiado. "No busques glorificar al hombre, la gloria es para Dios", se le oyó responder una vez a un periodista.
De camino a la iglesia, como cada día, para rezar y confesarse, fue atropellado por un tranvía. Como parecía un mendigo, no fue rescatado inmediatamente por la gente que le rodeaba. Murió tres días después, a la edad de 73 años, justo cuando su carrera de arquitecto alcanzaba su apogeo.