Reformadora carmelita, maestra de oración, Doctora de la Iglesia… Hay muchas razones para honrar a santa Teresa de Ávila. Hace más de un siglo, sus compatriotas eligieron la forma más humilde posible para marcar su devoción a su inmensa santa: hacer dulces con la yema de huevo que sobraba después de clarificar el vino con la clara. Un dulce que hoy en día es uno de los más famosos de la región de Castilla y León.
Es difícil precisar el origen exacto de la receta de las "yemas de santa Teresa". Pero, la hiciera quien la hiciera, lo cierto es que este dulce, bautizado así y elaborado en la ciudad de Ávila a partir del siglo XIX, era un homenaje a "Teresa la grande" y lo sigue siendo en la actualidad.
Según la tradición, los monasterios fueron los primeros en aprovechar la yema de huevo sobrante -la clara se utilizaba para clarificar el vino- para hacer pasteles. Se dice que el monasterio carmelita de Ávila es el origen de la receta. También se encuentran otras "yemas" en el monasterio de San Leandro de Sevilla, por ejemplo. Pero también una confitería abulense, La Dulce Avilesa, presume de haber creado las primeras auténticas "yemas de santa Teresa". Su fundador, Don Isabelo Sánchez, comenzó a vender yemas en 1860 y registró la marca. Hoy, la confitería, que sigue en funcionamiento, se llama La Flor de Castilla.
Las yemas se elaboran únicamente con yema de huevo y azúcar, batidos en recipientes de cobre. Las bolas se siguen haciendo a mano y se colocan en pequeños moldes de papel para tartaletas. He aquí una receta de Gorka Barredo, autor del blog Cocina casera y fácil.
Receta de las Yemas de santa Teresa
Ingredientes para 12 unidades:
- 12 yemas de huevo
- 100g de azúcar
- 100ml de agua
- La piel de 1 limón
- Azúcar glass
Paso1
En una cazuela, ponemos el azúcar, agua, la piel del limón -sin la parte blanca- y lo calentamos a fuego medio. Cuando rompa a hervir, removemos durante alrededor de unos 5 minutos, hasta que se forme el almíbar. Hecho esto, retiramos la cazuela del fuego y la piel del limón. Dejamos reposar.
Paso 2
A continuación, en otra cazuela, agregamos las yemas a las que previamente hemos colado para eliminar impurezas. Agregamos el almíbar caliente poco a poco, en «hilo». Así evitaremos que la yema se cuaje. Lo integramos bien con una varilla y lo calentamos a fuego suave. Removemos todo durante unos 30 minutos, hasta que se forme una masa espesa.
Paso3
Pasado este tiempo, retiramos la cazuela del fuego y dejamos que la masa de nuestras yemas de santa Teresa repose a temperatura ambiente durante unas 3 horas. Puedes colocar la cazuela en la nevera y dejar que la masa repose alrededor de 1 hora.
Paso4
Finalmente, Cuando la masa esté bien fría y compacta, la retiramos de la cazuela y amasamos brevemente con las manos. Tomamos un trocito de la masa y formamos con ella bolitas de tamaño de bocado. Para terminar, las pasamos por azúcar glass, que queden bien impregnadas de ello. Dejamos reposar unos 30 minutos antes de servir.
Preparar unas deliciosas yemas de santa Teresa es muy sencillo si sigues estos pasos. Lo único que necesitas es tener un poco de paciencia a la hora de espesar la masa, ya que tarda un poco. Este paso es muy importante, el espesor de la masa nos ayudará a que las yemas sean más consistentes a la hora de servirlas. Una receta que no tiene nada que envidiar a las auténticas yemas que todos conocemos. ¡Pruébalas!