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El lugar que se convirtió en el «templo al aire libre» más grande de Venezuela

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Ramón Antonio Pérez - Aleteia Venezuela - publicado el 19/06/23
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Venezuela celebró el primer centenario de la Arquidiócesis de Mérida, con una multitudinaria misa donde monseñor Helizandro Terán afirmó que Jesús no excluye a nadie y no es necesario ser un santo para estar a su lado

La plaza monumental «Román Eduardo Sandia» de Mérida se convirtió el domingo 11 de junio, en el templo al aire libre más grande de Venezuela, al acoger a cerca de veinticinco mil feligreses que participaron en la eucaristía presidida por el séptimo arzobispo metropolitano, monseñor Helizandro Emiro Terán Bermúdez. Se trató del primer centenario de la arquidiócesis, creada en la misma fecha del año 1923, por el Papa Pío XI.

El prelado recordó la historia de esta Iglesia enclavada en la región andina y exhortó a vivir en la actualidad la alegría y el compromiso del mensaje cristiano que identifica a la iglesia.

«Jesús no excluyó a nadie. Jesús no excluye hoy a nadie. La mesa de Jesús está abierta a todos. No es necesario ser un santo para estar al lado de Jesús. No era necesario ser una mujer honrada para lavarle los pies con lágrimas de arrepentimiento y amor, y enjugarlos con sus cabellos como hizo aquella prostituta», expresó en el abarrotado coso taurino.

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Centenario de Arquidiócesis de Mérida

La mesa de Jesús no excluye a los pecadores

El arzobispo, con base en la lectura del profeta Oseas, resaltó que el templo no es suficiente sino para cumplir ritualismos. «Misericordia quiero y no sacrificios», repitió de esa lectura, asegurando que este contenido encontró eco en el mensaje y vida de Jesús de Nazaret.

«¿Saben cuál es la mayor crítica que se le hace al Señor Jesús?», preguntó el arzobispo a la multitud que asistió y siguió la ceremonia por los medios tradicionales y YouTube.

«Que es amigo de pecadores», fue su respuesta. «En el episodio de la llamada a Leví o Mateo, que era un cobrador de impuestos y por ende publicano y pecador, lo que escandaliza a los fariseos que se tienen por justos es que Jesús comía con publicanos y pecadores», explicó.

Igualmente predicó que lo primero que ve Jesús en la gente es el dolor y el sufrimiento. «Lo primero que ve Jesús en el rostro de los suyos es el rostro de su Padre, y por eso Jesús sabe muy bien que Dios, el Padre bueno que está en los cielos no discrimina a nadie ni a ninguno».

Citando el Evangelio de Mateo, habló del compromiso de Jesús ante esas realidades:

«La respuesta de Jesús a las críticas de los fariseos y letrados es, y cito textualmente las palabras del Señor: No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan lo que significa Yo quiero misericordia y no sacrificios, porque yo he venido a llamar no a los justos, sino a los pecadores». (Mateo 9,12-13).

¿Cómo surge la Arquidiócesis de Mérida?

Monseñor Terán repasó la historia de esta iglesia que comenzó como la Diócesis de Mérida de Maracaibo, nombrada así porque su territorio comprendía estas ciudades. Fue erigida por Pío VI mediante la bula Magnitudo divinae bonitatis, del 16 de febrero de 1778.

Posteriormente fue elevada a la condición de arquidiócesis el 11 de junio de 1923 con la bula Inter praecipuas de Pío XI, «convirtiéndose en la segunda sede metropolitana del país», teniendo como primer arzobispo a monseñor Antonio Ramón Silva García quien venía de ser obispo de Mérida desde el año 1895, agregó en su homilía.

«Uno de los méritos o razones de congruencia para elevar a Mérida a la categoría de sede metropolitana es la fecundidad de dicha diócesis al ofrecer a la Iglesia para que se erijan otros nuevos territorios llenos de parroquias y provistos de eclesiásticos capaces de realizar el brillo del culto en las funciones pontificales», recordó Helizandro Terán citando la Carta pastoral que el 21 de septiembre de 1923, escribió monseñor Silva García.

Dada la amplitud de su territorio y la necesidad de atención pastoral en Venezuela, desde esta arquidiócesis surgieron otras iglesias particulares. Así, el 4 de junio de 1957, el 23 de julio de 1965 y el 7 de julio de 1994 concede porciones de su territorio para la creación de las diócesis de Trujillo, Barinas y la El Vigía-San Carlos del Zulia, respectivamente.  

«Cien años de recorrido histórico como Arquidiócesis lleva consigo ver el pasado con el discernimiento del presente y proyectarnos a un futuro fecundo que se irá haciendo realidad en la medida en que nos comprometemos a ser una auténtica Iglesia misionera y en salida».

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Monseñor Helizandro Terán afirmó que Jesús no excluye a nadie y no es necesario ser un santo para estar a su lado

Una gran fiesta de la Iglesia

Además de corresponder en este día la festividad de Corpus Christi, el escenario contó con las imágenes del Santo Cristo de Aricagua que por primera vez salió de su zona, así como de la Virgen de la Inmaculada, patrona de Mérida.

En la imponente tarima hecha en forma de cruz no faltaron miles de rosas que fueron donadas por los productores del Valle de Mocotíes; y frente a ésta, las pantallas gigantes proyectaban en vivo los detalles de la ceremonia. El ambiente fue de alegría y oración.

El padre Carlos Zambrano animó y motivó entre los asistentes a la oración y alabanza durante el ingresó de Jesús Sacramentado. Los merideños presentaron varias expresiones culturales y religiosas de esta región andina para deleitar al pueblo de Dios allí congregado.

Durante la ofrenda los niños de diferentes zonas de Mérida, representaron a seis de los siete obispos que han estado al frente de la Arquidiócesis. Llamó la atención que el propio monseñor Terán se presentó con humildad ante el altar como el séptimo de ellos.

Asimismo, la solidaridad de los obispos venezolanos no se dejó esperar y un grupo de ellos compartió con el arzobispo que apenas tomó posesión el pasado 7 de febrero de 2023.

Entre estos se encontraban monseñor Luis Alfonso Márquez Molina, obispo auxiliar emérito de Mérida, Alfredo Enrique Torres Rondón, de San Fernando de Apure y Mario del Valle Moronta Rodríguez, de San Cristóbal, de acuerdo con los reportes conocidos por Aleteia.

El cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas y quien precedió en su cargo a monseñor Helizandro Terán en Mérida, fue el gran ausente de esta fiesta centenaria, pero días antes envió a los medios un artículo agradeciendo por la programación.

«El tricentenario del nacimiento de fray Juan Ramos de Lora me lleva a estar presente en los próximos días en la villa sevillana de Los Palacios y Villafranca, donde tienen preparados diversos actos, con los que me comprometí desde tiempo atrás, por haber sido el autor de la biografía de nuestro primer obispo», publicó Reporte Católico Laico.

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Mérida y un día de celebración durante la fiesta del Corpus Christi

Un llamado a la paz

El gobernador de Mérida, Jehyson Guzmán, junto a su esposa saludó al arzobispo metropolitano y luego a través de su cuenta en Twitter lo hizo extensivo a toda la Iglesia católica por unir al pueblo merideño en un mismo sentimiento, el amor y la fe en Dios.

«Son 100 años de fe intacta de un pueblo andino que sabe que las cosas se hacen con amor, convicción y desde el corazón. La iglesia es la institución perfecta para la reconciliación y la unión de una sociedad que comparte una misma creencia desde la fe y el espíritu de Dios», escribió en las redes sociales el gobernador de Mérida.

La celebración centenaria de la arquidiócesis de Mérida, fue un momento para llamar a la paz, cordialidad y cercanía entre quienes piensan diferente no solo en esta entidad sino en toda Venezuela. Las palabras de monseñor Helizandro Terán motivan a la convivencia en medio de un país necesitado de entendimiento, libertad, justicia, progreso y democracia.

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