La fe es un tema que ha fascinado al ser humano durante miles de años. Desde los albores de la civilización, ha sido un elemento central en las culturas y religiones del mundo. La ciencia, a su vez, ha buscado comprender su naturaleza y cómo afecta el comportamiento humano.
En las últimas décadas, la neurociencia ha demostrado ser una valiosa herramienta para comprender la relación entre la fe y el cerebro humano. Uno de los principales descubrimientos de la neurociencia es que la fe está relacionada con áreas específicas del cerebro.
¿Qué pasa en el cerebro cuando oramos?
Se han realizado varios estudios con personas que oran y con personas que no oran, con el fin de obtener información sobre la actividad cerebral de aquellas personas que creen en Dios y elevan una oración sincera. Ciertamente se encontró mucha información al respecto.
En dicho estudio participaron 20 devotos cristianos: seis hombres y 14 mujeres, entre los 21 y los 32 años , sin enfermedades psiquiátricas o neurológicas conocidas. Esta investigación -a cargo de Schjødt- usó un escáner de resonancia magnética para analizar sus cerebros.
Los estudios de neuroimagen muestran que cuando las personas se involucran en prácticas de fe (como la oración, por ejemplo), se activan áreas del cerebro asociadas con la emoción, la cognición y la percepción.
Dando como resultado un estímulo mayor en el núcleo caudado, perteneciente al sistema nervioso y parte de los ganglios basales. Esto sugiere que la fe puede verse como una forma de actividad cerebral, una actividad que puede ser rastreada y estudiada científicamente.
Fe y salud mental
Otro hallazgo importante es que la fe puede mejorar significativamente la salud mental y física de las personas. Los estudios revelan que practicar la fe puede estar asociado con un menor riesgo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental.
Además, la fe puede tener efectos positivos en la salud física, como una menor probabilidad de enfermedades cardíacas, presión arterial más baja y un sistema inmunológico más fuerte. Si bien no está claro exactamente cómo la fe afecta estos aspectos de la salud, hay evidencia de efectos significativos. Además, la fe puede afectar la forma en que las personas procesan la información y toman decisiones.
Las investigaciones muestran que las personas que tienen fe tienden a ser menos propensas a correr riesgos y tienen una perspectiva más positiva de la vida, incluso en las situaciones más difíciles.
Significado y propósito
Creer en algo que trasciende lo que vemos en el mundo puede ayudar a las personas a encontrar significado y propósito en sus vidas, lo que conduce automáticamente a una mejor salud mental y emocional.
De todos modos, la vida y todos los sufrimientos contenidos en ella solo se pueden soportar si tenemos fe en algo. (...) La fe es creer que absolutamente todo se puede soportar e incluso superar, si no tenemos miedo de creer en algo que trasciende lo que nuestros ojos y nuestra razón pueden ver.