En abril de 2018, luego que el régimen de Nicaragua hizo una serie de reformas en la seguridad social, la protesta ciudadana de todos los niveles socioeconómicos e intelectuales tomó las calles de Managua y de otras ciudades importantes del país.
La protesta popular pronto fue acallada mediante el método predilecto de los autoritarismos latinoamericanos: la represión directa. Además de un número cercano a los 355 muertos y aproximadamente mil presos políticos, la diáspora nicaragüense ha tomado un carácter dramático.
De acuerdo con los números presentados por el portal de noticias Infobae en base a la organización Diálogo Interamericano. El exilio de ciudadanos de Nicaragua, que comenzó por cuestiones políticas y violencia, ha seguido pero se aúnan condiciones económicas extremas, como sucede con Venezuela y Cuba.
En los últimos cuatro años han tomado el camino del exilio 481,000 nicaragüenses, lo que representa que al cierre de 2022, el 17 % de la población total del país centroamericano, se encuentre viviendo en diferentes países del continente americano.
El principal receptor de ciudadanos nicaragüenses es Estados Unidos, con 263,000 personas viviendo en su territorio, seguido por la vecina (y minúscula) Costa Rica, principal destino de los refugiados políticos (mientras que en Estados Unidos predominan los migrantes por condiciones económicas) con 156,000 personas.
Cuando se revisan los números de los nicaragüenses que han salido en los últimos cuatro años es cuando se dimensiona la desbandada provocada por el régimen sandinista. De 10,651 personas que salieron en 2019, pasaron a ser 14,773 en 2020, 161,269 en 2021 y, finalmente, 295,135 en 2022.
Los que se van alimentan a los que se quedan... y al régimen
En cuanto al destino de los refugiados, exiliados y migrantes, en 2019 y 2020 el principal destino fue Costa Rica, pero entre 2021 y 2022 fueron los Estados Unidos. Este año cerrará con una cifra récord de casi 172,000 nicaragüenses probando suerte en la Unión Americana.
Según Manuel Orozco, director de Diálogo Interamericano, entrevistado por Infobae, dos son los principales factores que en este año hicieron salir a tantos ciudadanos fuera de Nicaragua (y de no cambiar las condiciones, lo seguirán siendo en 2023): "el miedo y la desconfianza en el sistema".
La aceleración de la "desbandada", dice Orozco a Infobae, solamente es comparable a lo que ha sucedido en Ucrania, Siria o Venezuela. Y la gente que sale, ya no retorna más lo cual crea un déficit de capital humano que ha venido aumentando gradualmente en los últimos cuatro años.
"A partir de mediados del 2019, y especialmente octubre de 2020 en adelante, no hay retorno. Menos del cinco por ciento está retornando. La gente no está volviendo. Es una cuestión dramática", dice Orozco en su entrevista con Infobae. Curiosamente, por las remesas que envían desde Estados Unidos, la debacle económica del sandinismo se ha detenido.
"Es una paradoja, es una crueldad (…) yo no quiero al régimen, pero si dejo de enviarle dinero a mi familia para no apoyar al régimen también estoy afectando a mi familia", subraya Orozco.
Y termina diciendo: "Nosotros hicimos una encuesta en mayo del 2022 y les preguntamos a los nicaragüenses en el exterior si ellos dejarían de enviar dinero como parte de una protesta política. El 98 por ciento dijo que no. ¿Quién los va a culpar?"