"Te lo prometo". Es lo que le dijo el jugador inglés Jack Grealish a Finlay hace un mes. Finlay es un niño de 11 años con parálisis cerebral.
Grealish lo conoció y el pequeño, con gran ilusión, le dijo que si marcaba un gol, hiciera un baile muy peculiar, como una ola a derecha e izquierda con los brazos.
"Te lo prometo"
Ayer era el primer partido que jugaba Inglaterra. Su oponente era Irán. La selección inglesa se marcó un comienzo de Mundial de antología: seis goles en el marcador. Fueron cayendo uno tras otro, imponentes y con ganas de comerse el estadio. No había mucha afición inglesa para verlos pero los comentarios en las radios y televisiones de todo el mundo ampliaban el rugido de alegría.
Bellingham (19 años) abrió el marcador. Luego metió Saka. A continuación, Sterling. En la segunda parte, Saka marcó de nuevo. Rashford se encargó del quinto gol.
Faltaba un minuto para que acabara el partido y de, repente, Grealish (27 años) marcó el sexto gol del partido.
Era el colofón.
El extremo izquierdo del Manchester City en la Premier League inglesa se puso a mover los brazos. Resultaba curioso, original... Pero además escondía la gran dedicatoria.
Aquel gol iba para un niño que estaría delante de una pantalla a 7.000 kilómetros. Y en ese mismo instante el niño estaría viendo algo increíble: que su héroe se acordaba de él y estaba cumpliendo su promesa.
Para Grealish, abrir el contador personal de la Copa Mundial de Qatar es un logro importante. Pero en su cabeza llevaba a Finlay. Le faltó tiempo para llegar al vestidor, celebrar la victoria con sus compañeros y poner en redes el vídeo que grabaron el día en que le prometió al niño que si marcaba le dedicaría el gol así.
"Para ti, Finlay".