En estos días, muchas parejas eligen casarse en destinos remotos. Este fue el caso de Amanda y Paul Riesel, quienes decidieron casarse en la Isla de Skye, una isla pintoresca frente a la costa del noroeste de Escocia, en lugar de su ciudad natal de Orlando, Florida.
El único contratiempo fue que su vuelo original que se dirigía al Reino Unido se desvió a Filadelfia. Esto provocó más complicaciones cuando se retrasaron sus vuelos posteriores a Londres y luego a Inverness. Con todos estos problemas, los Riesel pasaron tres días atrapados en los aeropuertos y su equipaje inevitablemente desapareció.
Afortunadamente, habían empacado sus anillos de boda y flores en su equipaje de mano, pero el resto de sus artículos de boda no llegaron a Skye. La pareja llegó a la isla remota a las 11 p. m. la noche anterior a la boda, por lo que poco pudieron hacer para salvar su boda. Amanda quería darse por vencida y regresar a casa, a pesar de que sus planes de boda habían tardado dos años en prepararse.
Sin embargo, Rosie Woodhouse, la fotógrafa de bodas de la isla, decidió intentar ayudar a la pareja. Recurrió a las redes sociales esa noche y para las 7:30 de la mañana había quedado inundada con ofrecimientos de ayuda. De la noche a la mañana, los isleños habían logrado proporcionar, al más puro estilo escocés, un juego de falda escocesa para Paul y un vestido para Amanda.
Esta generosidad no sorprendió a Rosie, quien confiaba en que la isla se uniría y ayudaría a la joven pareja, considerando que "Skye es un lugar increíble", como compartió con la BBC .
La flamante novia explicó cómo ella también estaba encantada con la generosidad de la isla: "Nuestra boda perfectamente imperfecta fue solo posible gracias a Rosie y la maravillosa gente de Skye".
En una encantadora coincidencia, la mujer que prestó su vestido de novia era una empleada de cafetería llamada Theresa de una escuela primaria local. Da la casualidad de que Amanda también es una empleada de cafetería.
“Usarlo significó aún más para mí sabiendo que vino de alguien que ama y alimenta a sus estudiantes como yo”, explicó la nueva Sra. Reisel.
A pesar del caos de sus planes de viaje y su decepción inicial, la pareja sacará mucho más provecho de su ceremonia de boda que si todo hubiera salido bien. No solo demostraron que podían superar muchos obstáculos para finalmente decir "Sí, acepto", sino que también sintieron el amor de una comunidad de extraños que respaldaban su matrimonio, algo que parece un buen comienzo para la vida como marido y mujer.
Y esto es algo que ha dejado una impresión duradera en la novia:
“Cada persona que Rosie nos presentó y que se ofreció a ayudar siempre tendrá un lugar en nuestros corazones. La gente de Skye será famosa en Orlando porque le diremos a cualquiera que escuche que ellos son la razón por la que nuestro amor se consolidó en un día de boda perfectamente imperfecto”.