La liturgia no debe ser usada para luchas ideológicas en la Iglesia, pide el Papa Francisco. "Cuando la vida litúrgica es un estandarte de la división, ahí está el olor del diablo, el engañador".
El Pontífice lo dijo al recibir en audiencia a los profesores y estudiantes del Pontificio Instituto Litúrgico con sede en Roma, con motivo del 60º aniversario de su fundación (por Juan XXIII en 1961), en el Palacio Apostólico Vaticano (07.05.2022).
"No es posible adorar a Dios y, al mismo tiempo, hacer de la liturgia un campo de batalla para cuestiones que no son esenciales; es más, para cuestiones obsoletas y tomar partido, a partir de la liturgia, por ideologías que dividen a la Iglesia", recordó Francisco.
La división de la iglesia y de los fieles utilizando argumentos o acucias tradicionalistas. "El Evangelio y la Tradición de la Iglesia nos llaman a estar firmemente unidos en lo esencial, y a compartir las legítimas diferencias en la armonía del Espíritu", advierte el Papa.
Por eso, afirmó, "el Concilio" quiso preparar "la mesa de la Palabra de Dios y la Eucaristía, para hacer posible la presencia de Dios en medio de su Pueblo".
La liturgia para comunicar la fe y vivirla
Por otro lado, el Papa alerta del peligro de encerrarse únicamente en las prácticas y sacramentos, olvidando la misión. "Toda celebración litúrgica termina siempre con una misión".
"Lo que vivimos y celebramos nos lleva a salir al encuentro de los demás, al encuentro del mundo que nos rodea, al encuentro de las alegrías y necesidades de tantos que quizás viven sin conocer el don de Dios".
"La auténtica vida litúrgica, especialmente la Eucaristía, nos impulsa siempre a la caridad, que es sobre todo apertura y atención a los demás. Esta actitud siempre comienza y se fundamenta en la oración, especialmente en la oración litúrgica".
"Y esta dimensión nos abre también al diálogo, al encuentro, al espíritu ecuménico, a la acogida", afirmó.
Mentes cerradas a las reformas litúrgicas
El Pontífice indicó que toda reforma litúrgica crea resistencias y habló sin rodeos de "mentes cerradas".
"Recuerdo, de niño, cuando Pío XII empezó con la primera reforma litúrgica, la primera: se puede beber agua antes de comulgar, ayunar una hora... "¡Pero eso va contra la santidad de la Eucaristía!", se rasgaron las vestiduras. Luego, la misa vespertina: "¡Pero, cómo es que la misa es por la mañana!".
Luego, la reforma del Triduo Pascual: "Pero cómo, el sábado tiene que resucitar el Señor, ahora lo posponen al domingo, al sábado por la tarde, el domingo no tocan las campanas... ¿Y dónde van las doce profecías?. Todas estas cosas escandalizaron a las mentes cerradas”.
Mentes cerradas - dijo el Papa - que también hoy "utilizan los esquemas litúrgicos para defender su propio punto de vista".
Traditionis custodes
El año pasado, el papa Francisco limitó la misa en latín o tridentina (1570 - Concilio de Trento) y escandalizó a los tradicionalistas.
Lo hizo después de realizar una encuesta entre los obispos del mundo, quienes le pidieron intervenir a favor de la "unidad" tras constatar usos inapropiados y excluyentes del Rito extraordinario establecido por Benedicto XVI (2007) que obtuvo el efecto contrario a lo que se quería al principio; favorecer el diálogo y la unidad con grupos conservadores como los Lefrevianos.
Así publicó el motu propio Traditionis custodes (16.07.2021). El Papa pidió a los sacerdotes diocesanos que deseen celebrar según el rito antiguo que soliciten un permiso especial de su obispo. La Santa Sede estudiaría "caso por caso".
Pablo VI en 1969 sustituyó la misa tridentina con el actual rito de la misa. Antes eran solo oraciones en latín y de espaldas a los fieles. Los tradicionalistas todavía anhelan esa forma de celebrar la misa y protestan por los cambios del Concilio y la última decisión del Papa.