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El demonio no soporta saber que Dios está contigo, que custodias como un tesoro tu estado de gracia.
Sabe que nada puede contra los que viven en la presencia de Dios, pues sus ángeles están prestos a rescatarte. Por eso la cercanía de los hijos de Dios con su padre celestial le desespera.
El demonio desprecia la pureza, la santidad y la humildad.
Tú resiste. No caigas en sus trampas.
Para resistir: el Rosario
¿Tienes una tentación que te mortifica? Da la batalla. No caigas en ella. A mí me ayuda mucho rezar el rosario. Me da paz y la certeza de saber que la siempre Virgen María está cuidando de nosotros.
Sé que estás a punto de caer en esa tentación, resiste.
Resiste al demonio
El diablo ha salido en busca de almas y no soportó la tuya, porque brillaba en su pureza y santidad, estabas lleno de Dios.
Sabes bien que hará lo imposible para alejarte de Él, rompas esa maravillosa amistad y te alejes de la gracia.
Nada puede el demonio contra el que resiste y vive en la presencia de Dios. Tienes la potestad de negarte a pecar y decirle a esa tentación: “No lo haré, no deseo ofender a un Dios tan bueno”.
Nadie puede obligarte a pecar. Lo haces voluntariamente, sabiendo que ofendes a Dios, casi siempre buscando unos minutos pasajeros, de placer.
¿Qué promesa tiene la Biblia para los vencedores? La respuesta está en Santiago 1,12 y en la Primera Carta a los Corintios (10,13):
Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman
Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir
Amable lector de Aleteia. El demonio anda tras tu alma. ¿Vas a dejar que te lastime? No le des ese gusto.
Batalla por la pureza de tu corazón, evita los momentos que sabes que podrían hacerte caer. Y ten contento a Dios con tus actos, pensamientos y palabras.
¡Ánimo! ¡Dios te bendiga!