Los conventos fueron pioneros en utilizar hierbas para curar, y su sabiduría nos llega aún hoy
El arte de curar con hierbas fue muy apreciado y efectivo durante siglos. Por ejemplo, en América Latina lo hacían primero los indios guaraníes y le siguieron los sacerdotes con la conquista española.
Buscaban afanosamente remedios para aliviar sus dolencias y curar enfermedades, y para ello recurrían a la naturaleza. Esta les ofrecía una inmensa variedad de plantas con propiedades terapéuticas que conocemos hoy.
Nosotros podemos usar estas hierbas para beneficiarnos de sus bondades para la salud. Incluso podemos cultivarlas en casa: aunque tengamos poco espacio lo podemos hacer en macetas.
Es una manera también de estar en contacto con la naturaleza, de sentirla, de valorarla y cuidarla, como nos pide el Papa Francisco “cuidemos entre todos nuestra casa común”.
Antiguamente, los conventos y las abadías eran los lugares más conocidos donde se plantaban hierbas y curaban a enfermos con ellas.
En la actualidad estas hierbas las podemos encontrar en muchos lugares desde tiendas especializadas. Hasta en un supermercado.
Se utilizan de distintas maneras, para uso interno se puede preparar tés de hierbas, infusiones, decocciones (es añadir las hierbas al agua fría y hervir durante un tiempo menor a 20 minutos), jarabes y para uso externo en cremas, pomadas, compresas.
Podemos utilizar las hierbas para hacernos una infusión y aliviar síntomas del estreñimiento siempre junto a una adecuada y variada alimentación.
Algunos consejos de los monjes sobre el uso de las hierbas
Para obtener buenos resultados es necesario continuar el tratamiento al menos durante 10 a 15 días, no más que eso para evitar habituarse, o incluso dependiendo de las hierbas, intoxicarse.
Las hierbas secas se pueden conservar en ambientes secos y ventilados hasta 6 meses.
La dosis y medidas de plantas y hierbas secas: un manojo son 25 a 30 gramos, un puñado de 8 a 10 gramos, una pizca son 2 a 3 gramos, una cuchara 5 gramos y una cucharadita 2 gramos.
Infusiones para el estreñimiento
Infusión de achicoria: poner 20 gramos de flores de achicoria en 1 litro de agua.
Beber una taza antes de las comidas.
Infusión mixta, dejar reposar 2 pizcas de malva, 2 de hinojo y 2 de regaliz durante 7 minutos en agua hirviendo. Beber una taza por la noche después de la cena.
Achicoria: pertenece a la familia Asteraceae y Compositae, se utilizan para consumo sus hojas y raíces. Como propiedades se destaca que es depurativa, diurética, levemente laxante y tónica.
Malva: la malva es de la familia Malvaceae, se usan sus hojas y flores. Sus propiedades son, antinflamatorias, astringente, sedante, emoliente, y laxante, ligeramente diurética. Su forma de empleo es 1 cucharada de postre por taza de agua, cuatro o cinco veces al día.
Las hojas se consumen cocidas, para estimular el apetito y facilitar la digestión.
Hinojo: de la familia Apiaceae y umbelíferas, se consumen sus hojas, semillas (o flores) y raíces. Es antinflamatorio, antiespasmódico, aromático, digestivo, diurético, y galactagogo (). Además contiene flavonoides, que tienen un efecto beneficioso sobre el sistema vascular, y alivian los síntomas de la menopausia.
Atención a los posibles efectos adversos
Es importante no pasarse de la dosis prescrita porque puede causar convulsiones. Por ejemplo, se emplean las raíces y los frutos en la proporción de 10 a 20 gramos por litro de agua; tres o cuatro tazas por día.
Regaliz: de la familia de Fabaceae, se consumen sus raíces. Presenta propiedades antinflamatorias, depurativas, digestiva, expectorante, y refrescante. Se usa mucho como digestivo y en el caso de acidez estomacal y gastritis.
No se recomienda su uso en personas hipertensas, predispuestas a edemas, diabéticos ni en embarazadas. Porque en grandes cantidades, al contener ácido glicirrico, puede causar hipertensión arterial, retención de líquidos, hinchazón de pies y tobillos, dolores de cabeza y fatiga.
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Consejos nutricionales:
El estreñimiento es una enfermedad cada vez más frecuente en la población, y afecta muchas veces la calidad de vida tanto de mujeres, hombres y niños.
Genera molestias en el tránsito intestinal como flatulencias, hinchazón y dolores abdominales al momento de evacuar, pesadez.
Para poder conocer si es un estreñimiento y de qué tipo (fisiológico o crónico), es necesaria la consulta médica. De esta manera, se podrá hacer la valoración correspondiente y comenzar un tratamiento si es necesario.
Es importante aclarar que un té o infusión de hierbas, a pesar de que puede ayudarnos a aliviar algún síntoma o malestar pequeño, nunca sustituye un medicamento indicado por el médico.
Algunos pequeños cambios en nuestra alimentación pueden ayudar a mejorar el estreñimiento:
Aumentar el consumo de fibra: comenzar poco a poco a incluir en nuestras comidas principales a lo largo del día alimentos ricos, tanto en fibra soluble como insoluble.
La fibra soluble lo que hace es ayudar a aumentar el volumen de la materia y también la hidrata para ablandarla. La podemos encontrar en legumbres, frutas, frutos secos y algas.
Por otra parte la fibra insoluble no absorbe agua como la soluble, pero igual ayuda a aumentar el tamaño de las heces y favorece el tránsito intestinal. La podemos encontrar en alimentos como, cereales integrales, legumbres, hortalizas como la alcachofa, espárragos o verduras de hoja.
Aceite, es recomendable agregar siempre una cucharada de aceite en las comidas principales.
Tomar agua, es sumamente importante una correcta hidratación, el agua es el ideal que ayuda a ablandar las heces.
Disminuir el consumo de alimentos como, cereales refinados (harinas, arroz, pastas…) y evitar el de alimentos ultraprocesados, azucares, refrescos azucarados y bebidas alcohólicas.
También es importante:
Realizar ejercicio, disponer de unos 20 o 30 minutos al día para hacer cualquier tipo de actividad física que nos guste (caminar, subir escaleras, bailar, correr…).
Rutina, establecer una rutina para ir al baño y respetarla.
Recetas del libro: Recetas de abadías y conventos. Té de hierbas y remedios naturales. Para curar “los pequeños males” con dulzura. Oxígeno editores. Colombia, 2016.
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