Marina tiene 35 años cuando llega a España desde Venezuela. Vivir en la calle es difícil. Hasta que unos ángeles llegan a rescatarla
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Marina tiene 35 años. Es una mujer más, de las muchas que han dejado atrás su país, para buscar un futuro mejor en España. Ella nace en Venezuela. Y no le faltaba formación: estudió derecho y educación y se dedicaba a la música en su país. Pero lo que le espera en España es de todo menos lo que se imagina.
Al cumplir los 30 viaja a España. Ni siquiera lo hace para huir de una situación dramática en Venezuela, ya que en ese momento la situación no es la que conocemos hoy.
Al llegar a Europa tiene la oportunidad de viajar y tiene una situación cómoda. Pero de repente, se tuerce todo:
Estar aquí ha sido la otra cara de la moneda de lo que yo imaginaba”.
El cielo como techo
Una serie de sucesos hacen que Marina lo pierda todo. Está sola, en un país lejano y desconocido, sin familia y sin ningún recurso para seguir adelante. Es entonces cuando literalmente se ve desprendida de todo.
Su cama se convierte en un banco y su techo en el cielo. Una mujer joven en búsqueda de su futuro que acaba en la calle sin cuatro paredes donde vivir.
Es en este momento cuando a Marina le toca pasar su particular “vía crucis”, sin saber hacia dónde caminar para salir del agujero. Las adicciones y vivir sin hogar le hacen caer en la mayor crisis de su vida. Sin embargo, Marina ha “sentido la mano de Dios”.
Perderlo todo no es el final
Marina cuenta que ha “logrado conseguir encontrarse con esos ángeles en el camino, en este caso la Iglesia que siempre actúan como hormiguitas y que me han podido levantar”. Marina se encontró con los ángeles del Proyecto Lázaro.
Y Jesús le resucitó
Y como hizo Jesús precisamente con Lázaro, lloró al ver su situación, le resucitó y le trajo de vuelta a la vida. Eso mismo ha hecho con Marina. Esta joven venezolana se topa a través de la ayuda que le brinda una parroquia para poder comer, con el proyecto Lázaro.
Una iniciativa nacida en Francia que trata de -no solo dar un techo a las personas sin hogar- sino también ofrecer una familia.
Todos hemos tenido la experiencia de la importancia que tienen las relaciones sociales en nuestra vida. Y mucho más de lo vital que es tener el apoyo de una familia. Por eso ‘Lázaro’ ofrece pisos compartidos en los que conviven jóvenes profesionales… y personas sin hogar.
El proyecto Lázaro
Un proyecto que ha fundado en España el sacerdote Álvaro Cárdenas, que posee ya varios pisos en Madrid y que se encuentra en búsqueda de más inmuebles para seguir ayudando a personas.
Marina cuenta lo importantes que son para ella sus compañeras de piso, el trabajo que ha conseguido, el plato de comida caliente que recibe gratuitamente y sobre todo los momentos de oración en la capilla.
Para ella es “un regalo” poder tener al Señor tan cerca de su hogar. Ahora Marina, gracias a este proyecto, se ha convertido en una persona recibida… en una persona que acoge. Ella es ahora voluntaria en el proyecto y ayuda a personas que han pasado por su misma situación.
La historia de Marina es una de muchas, en las que la Iglesia y por supuesto Jesús han hecho real aquella fiesta que el padre manda organizar al ver volver a su hijo. No solo te doy de comer, sino que preparó el cordero cebado. Ya estabas perdonado.
Si quieres colaborar en el proyecto Lázaro consulta aquí su página web.
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