“Bendice al Señor, alma mía” llegó justo antes de que la Unión Soviética suprimiera la música religiosa
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Cuando nos vienen a la mente las obras del compositor ruso Sergei Rachmaninoff, lo primero que pensamos son los acordes de piano monstruosamente grandes y las orquestaciones ricamente emocionales que representan la culminación del romanticismo ruso.
Entonces, cuando conocimos su obra sagrada de 1915 “Bendice al Señor, alma mía”, de su obra “Vigilia de toda la noche” (Vísperas), nos fascinó saber que uno de los compositores más talentosos del siglo XX se había sumergido en la música cristiana.
Abriendo con las notas graves retumbantes del bajo profundo que tan a menudo marcan las piezas corales rusas, el himno comienza con un coro angelical dirigido por una fuerte voz de contralto.
Estilo polifónico de la música sacra
Escrita en un estilo de canto, esta línea melódica principal actúa como una llamada, mientras que el tenor y las sopranos cantan en respuesta. El sutil movimiento de las voces rinde homenaje al estilo polifónico de la música sacra.
Este estilo comenzó con compositores del Renacimiento como Palestrina y Byrd, mientras que los complejos patrones de acordes aportan un tono inconfundiblemente romántico al canto.
Himno de Rachmaninoff: obra maestra sagrada
Los historiadores de la música sacra consideran las Vísperas de Rachmaninoff como una de las obras más importantes del compositor.
También se considera la culminación de las dos décadas anteriores de la música sacra rusa. En ellas destaca la versión de Vísperas en 1881 de Tchaikovsky. Rachmaninoff se inspiró claramente en esta obra. Pero la composición del primero es mucho más compleja en términos de construcción de acordes y armonía.
La serenidad que evoca esta magistral composición es sublime. Pero nos dejó lamentándose de que el curso de la historia impidió que Rachmaninoff explorara la música religiosa más profundamente. Apenas tres años después de que Rachmaninoff abriera las Vísperas a un público receptivo de Moscú, la Unión Soviética prohibió la música religiosa y reemplazó el Coro sinodal por una “Academia del Coro del Pueblo” no religiosa.