Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
La historia de Carlos de Foucauld es bastante curiosa. Un largo camino, muchas veces lleno de oscuridad, que ayuda a intuir la paciencia de Dios en la realización de sus planes. Y que acaba en un hombre purificado convertido en Evangelio viviente, que te permite hacerte una idea de cómo era Jesús de Nazaret.
Conócelo un poco más a través de esta galería de imágenes:
"Sólo para Él"
Carlos de Foucauld nació en Francia en 1858 en una familia rica y cristiana. Quedó huérfano a los 6 años. A los 16 perdió la fe y vivió sin control hasta los 20. Después de su conversión vivió en suma pobreza con los habitantes del desierto de Sahara.
“Apenas creí que había Dios, y que solo podría encontrarlo en la Iglesia católica, comprendí que solo podía vivir para Él; desde ese momento estaba decidida mi vocación religiosa. ¡Hay tanta diferencia entre Dios y todo lo que no es Él!”.
Foucauld viajero y aventurero
Tras una breve carrera en el ejército, exploró Marruecos a través de trabajos geográficos y lingüísticos, por los que la Sociedad de Geografía de Francia le concedió la medalla de oro.
Empezó su vida ascética en 1890 en Siria y Palestina y fue ordenado sacerdote en 1901. Se estableció en Tamanrasset, Argelia, en 1905, en medio del pueblo tuareg. Allí fue asesinado el 1 de diciembre de 1916.
Voz que grita en el desierto
Transitó su vida en el desierto africano sembrando un ideal: que todos los hombres tenemos un solo destino, ser hermanos.
Este grito en el desierto -aparentemente infecundo- es hoy el germen de fraternidades que se extienden por todo el mundo.