Un documento publicado por el Vaticano responde a nuevas leyes en Australia y EEUU que exigen a los sacerdotes reporten posibles casos de abuso sexualEl Vaticano ha confirmado en un documento “la inviolabilidad absoluta” de la confesión en posible respuesta a las propuestas en Australia, Estados Unidos y otros países que buscan derogar este principio eclesial en casos de abusos sexuales.
En el documento de la Penitenciaria Apostólica publicado este 1 de julio se reafirma la posición de la Iglesia Católica y recodada por el papa Francisco que indica que los sacerdotes no pueden revelar lo que se les dice en confesión o durante su labor de guía en ejercicios espirituales (29.03.2019).
“El sacerdote confesor, actuando in persona Christi capitis, conoce los pecados del penitente ‘no como hombre, sino como Dios’, según una conocida expresión de Santo Tomás de Aquino. Por esta razón, está llamado a defender el secreto del contenido de la Confesión no solo por “lealtad” hacia el penitente, sino, más aún, por respeto a la santidad del sacramento”, explicó el Penitenciario Mayor, Cardenal Mauro Piacenza.
Asimismo, sostiene que “el texto” apenas publicado por el Vaticano sobre el secreto de la confesión “no puede y no quiere ser ninguna manera una justificación o una forma de tolerancia ante los execrables casos de abuso perpetrados por miembros del clero”.
Derecho al buen nombre también vale fuera del confesionario
El documento parte de la observación de que en la sociedad actual fuertemente “mediatizada”, “no corresponde, en general, un compromiso similar con la búsqueda de la verdad, sino más bien el deseo morboso de que circulen noticias, verdaderas o falsas, amplificadas o disminuidas según los intereses”.
El cardenal Piacenza afirmó que hoy todo se exhibe, todo debe ser conocido y “con demasiada frecuencia se divulga información de todo tipo, perteneciente también a las esferas más privadas y reservadas, que inevitablemente (…) inducen, -o por lo menos favorecen-, juicios temerarios, dañan ilegítima e irreparablemente la buena reputación de los demás”.
El Penitenciario Mayor, líder de los asuntos relativos al sacramento de la confesión, señaló que ningún gobierno o ley puede obligar a los clérigos a violar el sello. En este sentido, sostuvo que “es esencial insistir en lo incomparable del sello de confesión con el secreto profesional al que pertenecen determinadas categorías (médicos, farmacéuticos, abogados, etc.) para evitar que las legislaciones seculares apliquen al sello –inviolable- las excepciones legítimamente provistas para el secreto profesional”.
La violación del secreto no puede ser impuesta por ley humana
Por ello, afirmó, la Penitenciaría Apostólica “ha considerado urgente recordar, en primer lugar, la inviolabilidad absoluta del sello sacramental”. debido a que “el secreto de la confesión no es una obligación impuesta desde el exterior, sino un requisito intrínseco del sacramento y, como tal, no puede ser disuelto ni siquiera por el penitente”.
“El penitente no habla al confesor- hombre, sino a Dios, por lo cual apoderarse de lo que es de Dios sería un sacrilegio. Atañe a la defensa del mismo sacramento, instituido por Cristo para ser un puerto seguro de salvación para los pecadores. Si la confianza en el sello fuera defraudada, se desalentaría a los fieles para acceder al sacramento de la Reconciliación, y esto, obviamente, con un daño grave para las almas”, insistió el cardenal Mauro Piacenza.
Por otro lado, “es precisamente esta preocupación por la salus animarum lo que mueve a la Iglesia a establecer las penas más severas para aquellos que violan el sello (véase can. 1388 CIC; can. 728, § 1, n. 1 y can. 1456 CCEO)”, añadió.
Derecho del secreto de confesión vale para futuros sacerdotes
La Iglesia Católica con el documento apenas publicado asegura que en el “ámbito jurídico-moral” también incluye los actos “del foro interno que se realizan fuera del sacramento de la Penitencia”. “El ejemplo clásico es el de la dirección espiritual. También en estos casos, la ley canónica garantiza una reserva especial a la conversación espiritual, que involucra la esfera más íntima y personal de los fieles para poder escuchar y discernir la voluntad de Dios”.
Así, por ejemplo, confirmó Piacenza que “con motivo de la admisión al Orden sagrado, está prohibido pedir el parecer no solo del confesor sino también del director espiritual del candidato, para evitar cualquier posible abuso de poder”.
Casos de abusos sexuales aceleran revisión de la legislación laica
En varios países se respeta el derecho religioso de no revelar el contenido de lo conocido en la confesión, una situación parecida al secreto médico-paciente o abogado-cliente. Sin embargo, el escándalo de los abusos que involucra a sacerdotes contra niños y la debida presión de la opinión publica en general ha empujado a diversas naciones a considerar un cambio en la justicia para acabar con este derecho eclesial.
En Australia, la Comisión Real sobre la respuesta institucional al Abuso Sexual Infantil publicó en 2017 un informe, que analiza el abuso sexual en escuelas, iglesias, grupos juveniles, scouts, orfanatos, hogares de acogida, clubes deportivos, organizaciones benéficas y hogares familiares.
Este informe recomienda en el punto 16.10 a la Conferencia de Obispos Católicos de Australia solicitar a la Santa Sede que enmiende la ley para que el secreto pontificio y no se aplique a “ningún aspecto de los documentos adjuntos o procesos disciplinarios canónicos relacionados con el abuso sexual infantil”.
Nuevas leyes en Estados Unidos y en Australia
De hecho, el mes pasado, la Asamblea Legislativa del Territorio de Canberra, ha aprobado una ley que obliga a los sacerdotes a romper el secreto de la confesión cuando conozcan de algún caso de abusos sexual durante la administración de dicho sacramento. Se trata ya de dos de ocho estados australianos que han aprobado leyes símiles y que piden cárcel para el sacerdote que se guarde información sobre abusos escuchada en confesión.
Todo lo anterior, ha conseguido alzar el nivel del debate e incidir en los cambios legislativos. En mayo, el Senado estatal de California aprobó una ley que exige la violación del secreto de confesión si un sacerdote sabe, supone o tiene la certeza de un abuso sexual cometido por otro religioso, clérigo o fiel de la Iglesia admitido en el confesionario.
Los obispos australianos y estadounidenses se alinean con el Vaticano
El Derecho Canónico señala que “el sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”. Por eso, los obispos de Estados Unidos y Australia no apoyan estos cambios legislativos en sus países.
En el documento del Vaticano también se exponen que existen otros “tipos” de secreto que “están fuera del alcance del foro interno. En este sentido, se reafirma el principio del derecho natural a guardar el secreto, “salvo los casos excepcionales en los que el no revelarlos podría causar al que los ha confiado, al que los ha recibido o a un tercero daños muy graves y evitables únicamente mediante la divulgación de la verdad. “.(CCC, n. 2491)”, anotó el cardenal Piacenza.
El secreto en el confesionario es para proteger el bien y no el mal
La Penitenciaría del Vaticano tiene la convicción absoluta de que “la defensa del sello sacramental y la santidad de la confesión nunca pueden constituir una forma de connivencia con el mal, al contrario, representan el único antídoto verdadero contra el mal que amenaza al hombre y al mundo entero; son la posibilidad real de rendirse al amor de Dios, de dejarse convertir y transformar por este amor, aprendiendo a corresponderle concretamente con la propia vida”, señaló.