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El paso por trochas Colombia-Venezuela ya es un “negocio redondo”

TROCHAS
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Carlos Zapata - Aleteia Venezuela - publicado el 19/03/19
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El uso de trochas entre los dos países es ilegal, pero permitido, en conocimiento pleno de los uniformados de ambos países, que aprovechan el negocio redondo pese a que esconde grandes dramas y peligros para la población vulnerable. Tras el cierre fronterizo esta actividad genera 500 mil dólares diarios.

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“Doy gracias a Dios por permitirme la felicidad de ver a mi familia. Pude conocer a mi sobrino en la trocha de la frontera con Cúcuta. Sentimientos encontrados de felicidad; y al mismo tiempo de solidaridad ante el dolor de miles de venezolanos sometidos a la inclemencia del régimen usurpador. Necesitamos vivir en libertad y que nuestras familias puedan estar unidas”.

Lo afirma una de las diputadas venezolanas que participó en los operativos internacionales para el frustrado ingreso de ayuda humanitaria desde Colombia. Con rostro claramente agotado, lo comentó mientras cargaba a un bebé de meses, su sobrino, por lo que pidió mantener su nombre en reserva.

Diariamente ingresan de forma legal 900 personas a Cúcuta (Colombia) desde el estado Táchira (Venezuela) por los puentes binacionales desde el pasado 23 de febrero, cuando se ordenó el cierre de la frontera entre los dos países, debido a los graves episodios de violencia derivados del bloqueo a la ayuda internacional.

La cifra es oficial: tras poco más de 17 días del cierre de la frontera por parte de Venezuela, “un grupo de más de 5 mil ciudadanos venezolanos ingresaron nuevamente a territorio colombiano, luego de que la Guardia Nacional Bolivariana habilitara un paso temporal por los Puentes Internacionales Francisco de Paula SantanderLa Unión y Simón Bolívar”, señala Migración Colombia.

La medida, que es calificada por la prensa como “corredor humanitario” por parte de Venezuela, “permitió que más de 3 mil 300 menores venezolanos volvieran a clases y un poco más de mil 800 adultos pudieran ingresar a Colombia para recibir asistencia médica”.

Sin embargo, la verdad no es completa. Aleteia pudo constatar que el ingreso es solamente para niños escolares y personas con comprobadas necesidades médicas o que estén recibiendo tratamiento. Tampoco se indica, como confirmó desde la frontera el obispo del Táchira, Mario Moronta, que a quienes regresan con alimentos les impiden cruzar legalmente el puente.

 

 

Una alternativa: el paso ilegal

La alternativa es el “Colombia sin documentos”, como gritan decenas de jovencitos quienes cobran de varios pesos por guiar a cada uno de los interesados por las ya famosas trochas: los caminos verdes “ilegales, pero permitidos”, que incluyen el cruce del ríos, con sus respectivos riesgos y claros peligros.

Conocidas como “trochas”, los pasos ilegales que hace pocos meses destruía el gobierno cafetero con tractores y maquinaria pesada (más de 50 según indicó en su momento a la prensa local) eran sistemáticamente eliminadas porque las emplea el narcotráfico para favorecer el paso de droga entre los dos países.

Sin embargo, en los últimos meses se convirtieron en un paso muy a la vista que goza del permiso sesgado de las autoridades, quienes se benefician del lucrativo negocio. Se calcula que entre diez mil y  quince mil personas usan a diario estas vías, y pagan una “vacuna” que oscila entre los 10 y 50 dólares dependiendo de la carga, solo a quien los conduce por el camino.

 

 

Permitido “por razones humanitarias”

El mismo gobierno de Colombia admitió en las últimas horas que se permite el ingreso ilegal argumentando razones “humanitarias”, según declaraciones del Gerente de la FronteraFelipe Muñoz.

No obstante, las vías están cargadas de peligros, donde indocumentados corren grandes riesgos que incluyen -ha dicho la Iglesia Católica- “el mercado negro de personas, la trata de damas y el tráfico de niños”, destinados principalmente a labores vinculadas con el narcotráfico y como materia prima del crimen organizado, algo que coincide con los informes de Insight Crime y  FundaRedes en la zona.

“Permitimos el paso por las ‘trochas’, porque estamos en una circunstancia humanitaria”, insiste el Gerente de Frontera de Colombia, pero matiza que en la línea limítrofe hay autoridades destinadas a la protección de los ciudadanos.

“Estamos trabajando con la Policía, para estar en esas ‘trochas’ y tener unas condiciones mínimas de seguridad cuando la gente pase, pero eso no es lo ideal”, dijo Muñoz, según reseña la prensa local cafetera.

 

 

Colombia custodia parte del paso

“Nadie quiere que la gente pase por ‘trochas’, pero no solo porque sea irregular; es porque hay miles de bandas de gente que se aprovecha de los migrantes, incluso la Guardia y otros grupos, también de este lado”, señaló en referencia al cuerpo militar venezolano: la Guardia Nacional Bolivariana.

Actualmente hay agentes de la Policía de Colombia en la zona “ilegal”. La finalidad, justifica el funcionario, es garantizar una presencia “más constante”, con el refuerzo de seguridad “debajo de los puentes”, para elevar el nivel de protección en esos puntos a los ciudadanos.

“Afortunadamente se ha abierto un ‘camino humanitario’ para que niños y adolescentes escolares, así como enfermos necesitados de tratamiento puedan dirigirse a la Ciudad de Cúcuta. Aunque, si al regreso traen algún alimento se les prohíbe introducirlos al país. Esto es un atentado contra el derecho fundamental a la vida y su subsistencia”, dijo sobre la apertura parcial del paso el obispo del Táchira, Mario Moronta, quien es vicepresidente del Episcopado de Venezuela.

La vida en la frontera Venezuela-Colombia en imágenes: 

Cierre de la frontera genera ilegalidad

“Se requiere de otro paso: terminar de abrir la frontera para el libre tránsito entre dos países hermanos. Así podrá entrar también la ‘ayuda humanitaria’ que países e instituciones quieren donar a Venezuela. No hacerlo es también otro atentado contra el derecho estipulado en el ordenamiento jurídico constitucional de Venezuela, el cual garantiza el libre tránsito de todos los ciudadanos de y en el país”, agregó el prelado desde la zona de frontera.

Por su parte, el director general de Migración Colombia, Christian Krüger Sarmiento, celebró la acción “de permitir el paso hacia Colombia de más de 3 mil menores de edad que viven allá, pero que estudian en nuestro país y que, en muchos casos, es aquí, en el colegio, donde reciben los únicos alimentos que comen durante el día”.

“Esperamos que esta decisión se mantenga en los próximos días y que la dictadura de Nicolás Maduro entienda que el cierre de la frontera lo único que genera es ilegalidad”, agregó.


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