“La humildad es vivir en la verdad”, decía santa Teresa de Jesús. Es lo contrario del orgullo, el egoísmo y la soberbia.
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El humilde ve la realidad como es, sin engaños ni deformaciones egoístas. Reconoce sus límites y actúa en conciencia. Por el contrario, la vanidad venda los ojos del soberbio y el orgullo le hace creer que en todo tiene razón. Se siente superior a los demás. El problema se agudiza cuando cae en la mezquindad y la soledad para protegerse de un mundo que cree tener en su contra.
¿Cómo hacemos para no caer en la soberbia?
En esta galería encontrarás consejos de algunos santos que nos ayudarán a cultivar la humildad en nuestras vidas:
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