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Albóndigas de queso y huevo para San Felipe Neri

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Maria Paola Daud - publicado el 19/02/18
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Una receta sencilla de la mesa del santo más alegre y querido de RomaFelipe era de la ciudad de Florencia, pero siendo muy joven se traslada a Roma para trabajar y estudiar filosofía y teología. En las horas libres, entretenía con sus ocurrencias, cantos y juegos a los jóvenes de la “calle”, invitándoles también a participar de la oración y la liturgia.

Poco a poco comienzan muchos a seguirlo, realizando muchas obras de bien en una Roma que en ese momento era gobernada por los Medici, y donde la Iglesia había perdido credibilidad. Así nacen los famosos oratorios de San Felipe. El santo redactó una regla muy sencilla para estos jóvenes discípulos, entre los cuales se contaba el futuro historiador y cardenal César Baronio.

San Felipe no sólo era conocido por sus muchas obras de caridad: también tenía el don de curación, devolviéndole la salud a muchos enfermos. Además, en diversas ocasiones, predijo el porvenir. Vivía en estrecho contacto con lo sobrenatural y experimentaba frecuentes éxtasis. Quienes lo vieron en éxtasis dieron testimonio de que su rostro brillaba con una luz celestial.

Era muy estimado por su gran sentido del humor y su humildad, virtud que buscaba inculcar en sus discípulos.

Aunque Felipe generalmente ayunaba, en un canto Fray Serafino Razzi, (dominico, congregación al cuál el santo era muy apegado), recitaba: “En la mesa sus platos son simples. Como decir huevos y queso, hierbas y calabaza. Hierbas y calabaza, de vez en cuando fruta”.

Y esta es su receta de hoy: Albóndigas de queso y huevo

Ingredientes:

5 huevos
200gr. de queso semiduro, de pasta hilada (el cacio romano), rallado
180 gr de miga de pan
1 diente de ajo
perejil
leche
aceite
sal y pimienta

Preparación:

Picar ajo y perejil. En un recipiente batir los huevos, salpimentar. Incorporar el queso rallado, el ajo y perejil y mezclar bien. Agregar la miga de pan remojada en un poco de leche. Ayudándose con dos cucharas, formar pequeñas albóndigas y freírlas. Servir caliente.

Y como decía el “buffone di Dio” (bufón de Dios): “Pórtense bien…si pueden”.

Fuente: Santvario Di Lavdi, O Vero Rime Spiritvali, Per le feste di ciaschedun santo. Serafino Razzi;In cucina con i santi. Ricette di cielo e di terra, Andrea Ciucci

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