La fiesta del mártir coincide con uno de los espectáculos naturales más bellos del añoLos meteoritos y las lluvias de estrellas no son raros, pero el acontecimiento celeste que parece recibir la mayor de las atenciones es la lluvia de meteoritos de las Perseidas que sucede todos los años a principios de agosto. Tal vez porque es una época del año en la que más personas pueden verlas, ya que muchos están de vacaciones y pueden quedarse levantados hasta tarde y sentarse a la intemperie bajo el manto estrellado.
En cualquier año, y si el oscuro firmamento colabora, las Perseidas pueden llegar a un máximo de entre 50 a 100 estrellas fugaces por hora. Este año, la Organización Internacional de Meteoros (IMO) cree que este número podrá incrementarse hasta unos 150 meteoros por hora. Otros astrónomos aventuran que llegará hasta 200.
Por supuesto, estas estrellas fugaces no son estrellas, sino fragmentos desprendidos de cometas. Se iluminan porque la fricción generada al penetrar la atmósfera terrestre a altas velocidades les hace prender fuego. La mayoría ya se han consumido antes de poder tocar la tierra, aunque claro está que se han producido algunos impactos de meteoritos bastante famosos.
La lluvia de meteoros de las Perseidas recibe este nombre porque las bolas de fuego parecen emanar de la constelación de Perseo, aunque también se les conoce como Lágrimas de San Lorenzo porque el evento tiene lugar el 10 de agosto y alrededor de este día festividad del diácono y mártir.
Si tienes un cielo despejado, es una ocasión por la que merece la pena trasnochar, así que aquí tienes algunas sugerencias para disfrutar del fenómeno lo mejor que puedas:
- Puedes salir a contemplar el firmamento cualquier noche de agosto desde el 9 o el 10, si no está nublado, claro, pero la noche de más estrellas fugaces debería ser entre el 12 y el 13 de agosto. Aléjate tanto como puedas de luces artificiales y da un tiempo a tus ojos para que se acostumbren a las tinieblas. Siéntate mirando hacia Perseo, pero que tus ojos se paseen por todo el firmamento. Verás cometas rayando el cielo desde todas direcciones.
- San Lorenzo fue ejecutado el año 258 a.C. quemado vivo en una hoguera. (Se dice que bromeó algo así como: “Ya estoy hecho por este lado, dadme la vuelta”). Siglos antes, según relata el Libro de Daniel, el Rey Nabucodonosor trató de matar a tres judíos inocentes en un horno ardiente cuando se negaron a adorar a un ídolo de oro. Reza en voz alta el canto oración de Ananías, Azarías y Misael, ya sea a solas o por turnos con tus acompañantes. Una de las líneas de la oración reza: “Estrellas del cielo, bendecid al Señor; alabadlo y ensalzadlo en los siglos”.
- Si dispones de un lugar donde encender una hoguera de forma segura, en honor de san Lorenzo, podrías asar algo de carne sobre los carbones ardientes o tostar unas nubes de malvavisco.
- Si es posible que algunos de los más jóvenes sacrifiquen un poco de sueño, es una oportunidad espléndida para compartir un poco de maravilla de la creación con un niño. Contemplar los cielos nocturnos puede despertar el sentido religioso. También podéis jugar a ver quién cuenta más estrellas fugaces. Tal vez sea una buena oportunidad también para hablar de los misterios de lo infinito, de la inmensidad del universo.
- Por razones obvias, san Lorenzo es el santo patrón de los cocineros, y de los comediantes también, por su oportuno comentario de “dadme la vuelta”. Podría ser una buena noche para preparar unos cuantos chistes sanos.
- Para algo más serio y solemne, leed el antiguo sermón sobre san Lorenzo escrito por san León el Magno.
¡Feliz día de San Lorenzo!