Un himno de esperanza que la madre de Jesús eleva cuando visita a su prima Isabel: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”El Magnificat es la gran oración de la Virgen María que aparece en la Biblia. Se trata de un himno de esperanza que la madre de Jesús eleva cuando visita a su prima Isabel de Juan Bautista: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”.
Católicos de todo el mundo lo rezan cada tarde al final de las oraciones de Vísperas, de la Liturgia de las Horas.
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El Magnificat muestra cómo María ve a Dios y su poder, una fuerza que ensalza a los humildes, que ayuda a las personas con misericordia y fidelidad:
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
El nombre de la oración -Magnificat- viene de su primera frase en latín (magnificat anima mea Dominum: alaba mi alma al Señor).
El Evangelio de Lucas (1, 46-55) recoge el gran canto que expresa María cuando, estando embarazada de Jesús, se encuentra con su prima santa Isabel, también embarazada, de san Juan Bautista.
En el video la Hermana Glenda canta esta oración de agradecimiento a Dios.