Aprovecha la Cuaresma para educar tu fuerza de voluntad y la de tus hijos. Estas 4 ideas os ayudarán a cumplir los propósitos que os hagáis para mejorar durante estos 40 días.
¿Qué sentido tiene hacer un propósito de Cuaresma?
Te puede interesar:
¿Y si te haces un propósito para Cuaresma?
Hay tantas trampas: el orgullo (“¡Sé que lo lograré!”), la culpabilidad (“¿Así es como cumples tus propósitos?”), el desánimo (“¡Nunca lo lograré!”).
¿Y si intentas como familia elegir los puntos de progresión de forma lúdica?
Te puede interesar:
¿Y si te haces un propósito para Cuaresma?
1. Con niños pequeños, decidid juntos el esfuerzo que cada uno hará durante la Cuaresma: para uno, venir en cuanto se le llame a la mesa; para el otro, simplemente ofrecer a Jesús sus problemas; Mamá, tener más paciencia. Cuanto más concreto y simple, mejor. Será la ocasión, cada noche, de un breve examen de conciencia junto con el perdón en caso de fracaso, unas gracias a Dios por las “pequeñas victorias”.
2. Cuando los niños pueden escribir, las resoluciones pueden ser escritas en una hoja de papel y colocadas en un sobre cerrado cerca del rincón de la oración. Son secretos compartidos con Dios. En Pascua, todos pueden recuperarlos.
3. Si no tienes ninguna idea, juega a la lotería de propósitos. Escribe algunos propósitos en distintos papelitos: ver menos series, usar menos las redes sociales, ayudar a ordenar la cocina, hacer la cama, rezar por los enfermos e infelices, hacer voluntariado… Todos los papeles deben ser colocados en una cesta. El domingo por la noche, cada persona recibe uno, que intentará vivir durante la semana.
4. ¿Los adolescentes se cansan de eso? Existe el concurso secreto. Los domingos, los padres eligen para cada uno de sus hijos, y los hijos para cada uno de sus padres, un punto concreto de esfuerzo… pero sin comunicarlo al interesado. Cada noche, dicen si han visto al otro progresar, revelando sólo el domingo siguiente la mejora identificada.
Yolande Bésida