No sé si a ti te pasa. Me ocurre que de pronto, sin esperarlo, llega la tentación. No le ha buscado, ni la quiero, pero allí está, dando vueltas a mi cabeza. Me hostiga sin piedad. Es como si estuvieras de pie al borde de un profundo barranco y te estuviese empujando un grupo de enemigos tuyos para que caigas y te hagas daño. Te sostienes con fuerza para no caer.
Es tu voluntad y tu fe y la oración los que te ayudan en esos difíciles momentos.
Nadie te obliga a pecar. El diablo te lo sugiere, te anima a hacerlo sutilmente, es muy hábil en esto. Te muestra las delicias mundanas que puedes conseguir, lo bien que lo vas a pasar, el placer, dinero, la buena vida. Pero no te enseña las consecuencias de esos actos.
Todo pecado tiene consecuencias en tu entorno y más allá.
Cada vez que pecas afectas cientos de personas de formas que no imaginas. Te daré un ejemplo muy sencillo. Ocurre mucho con la infidelidad. Se ven afectadas las familias a tu alrededor. Crece el sufrimiento, la zozobra.
El demonio busca hacer el mayor daño posible, llevarse la mayor cantidad de almas que pueda. La tuya y quién sabe cuántas más. Es malo con ganas.
Como conoce bien nuestras debilidades humanas disfruta sembrando rencores, envidias, odios. Es muy astuto.
Una vez leí sobre este monasterio donde se vivía en santidad. Estudiando la vida de aquellas monjas vio dónde flaqueaban. Y lo aprovechó causando grandes divisiones y pecados.
No le gusta cuando oras. Detesta que hables con Dios y te acerques a Él, que vivas en santidad. Lo odia y procura alejarte de las devociones, la Eucaristía, los sacramentos.
Se cuenta que en cierta ocasión se encontraban los monjes en devota oración comunitaria. Era la hora de la oración. De pronto se desató un violento incendio en uno de los campos de cultivo afuera del monasterio Se quemaban los cultivos.
Las llamaradas de fuego fueron vistas desde las ventanas de la capilla donde estaban los monjes rezando. Esto causó gran alarma. Uno de ellos se puso en pie y dijo: “Hermanos, Dios nos llama a la oración. No dejemos que esto nos distraiga”. Y siguieron rezando muestras todo se perdía bajo el fuego.
Cuando terminaron de orar salieron del monasterio, los cultivos estaban intactos, nunca hubo tal fuego, fue una tentación, obra del demonio, para obligarlos a abandonar su oración.
Quisiera terminar este breve encuentro con unas palabras maravillosas del Padre Pío para ti que vives un momento difícil, un problema familiar, una gran tentación y no sabes cómo enfrentarlos. He seguido su consejo innumerables veces y siempre salgo airoso. Haz la prueba:
“Reza, ten fe y no te preocupes”.
¡Dios te bendiga!
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Es fundamental conocer a tu enemigo, enemigo de las almas y la humanidad, para poder defenderte. Te invito a leer un libro que te muestra cómo mantenerlo a distancia. Es : “EL MUNDO INVISIBLE”
“Escribí este libro para exponer al demonio, que todos reconozcan su existencia, tiene testimonios muy edificantes”.
“El LIBRO es sobre la actuación del maligno, con varios ejemplos. Sencillo para el entendimiento de cualquier persona y con letras grandes. Fácil de leer” (un lector).
Es un LIBRO CATÓLICO, con aprobación eclesiástica, precedido de la polémica. El libro del que todos hablan, de nuestro autor Claudio de Castro
“Tras la lectura de este libro fascinante, es inevitable la sensación que no estamos solos y que debemos volver la mirada a Dios”.
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