¿La mejor hora para orar? ¿Te lo has preguntado alguna vez? Esta es una pregunta que a menudo me hago. Te parecerá una tontería pero me gustaría atrapar la atención de Dios y saber que en ese momento me escucha y atiende mi oración.
En la santa Biblia encontramos ejemplo de grandes orantes, personas que rezaban 3 veces al día, otros en horas de la madrugada.
Y Jesús, ¿Qué decía?
“Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.” (Lc 18, 1)
“Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.” (Efesios 6, 18)
Uno de los libros que suelo recomendar es “El Peregrino Ruso”. No imaginas cuánto disfruto su lectura. El peregrino Ruso se embarca en una gran aventura en busca de la respuesta a una inquietud muy particular.
“Por la gracia de Dios soy hombre y soy cristiano; por mis actos, gran pecador; por estado, peregrino de la más baja condición, andando siempre errante de un lugar a otro… El domingo vigésimo cuarto después de la Trinidad entré en la Iglesia para orar durante el oficio; estaban leyendo la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, en el pasaje en que está escrito:“Orad sin cesar.” Estas palabras penetraron profundamente en mi espíritu, y me pregunté cómo es posible orar sin cesar.
Como él me he embarcado en una búsqueda similar, lleno de inquietudes y de presencia de Dios.
Parece que hay horas para orar que rinden muchos frutos espirituales.
Dos horas en particular, me impactan mucho.
- Las tres de la tarde, la hora de Misericordia.
“A las tres de la tarde en punto, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sea por un breve momento, sumérgete en Mi pasión, particularmente en Mi abandono en el momento de la agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para todo el mundo. Yo te permitiré entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, Yo no rehusaré nada al alma que Me pida algo en virtud de Mi pasión”. (Diario 1320)
2. La madrugada.
“De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario. Allí se puso a orar.” (Marco 1, 35)
He querido tener la experiencia de rezar en la madrugada. Ha sido algo maravilloso y ahora con frecuencia lo repito.
Cuéntanos… ¿Cuál es tu hora favorita para rezar?
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