En el Evangelio de hoy recordamos a las mujeres que encontraron el sepulcro vacío y corrieron con alegría y temor a compartir la noticia. En el camino, Jesús resucitado salió a su encuentro y les dio una misión: "No tengan miedo. Vayan y anuncien."
La Resurrección no es para callarla, es para proclamarla. Mientras el poder intenta ocultar la verdad con mentiras, el sepulcro sigue vacío y Cristo sigue vivo.
El padre Giovanni nos invita a reflexionar:
¿Estás anunciando la Resurrección o te estás dejando silenciar por el miedo?
Después de encontrar el sepulcro vacío, las mujeres corren con alegría y temor a anunciar la noticia.
Y en el camino, Jesús mismo sale a su encuentro:
"Alégrense."Ellas se postran, lo adoran, lo reconocen vivo.
Y Jesús les da una misión:
"No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que vayan a Galilea. Allí me verán."La Resurrección no es para guardarla, es para anunciarla
Las primeras testigos no fueron sabios, ni ricos, ni poderosos… fueron mujeres sencillas, valientes y fieles.
Jesús confía el anuncio más grande de la historia a quienes lo buscaron incluso en medio del dolor.
Mientras tanto… los jefes de los judíos tratan de ocultar la verdad
Le pagan a los soldados para que digan:
"Sus discípulos vinieron de noche y se robaron el cuerpo."El enemigo de la verdad sigue actuando hoy igual: con miedo, mentiras, dinero, confusión.
Pero la tumba sigue vacía… y Cristo sigue vivo
Tú decides qué historia vas a creer.
Y sobre todo: qué historia vas a contar con tu vida.¿Vas a anunciar la vida o te vas a quedar callado por miedo o vergüenza?
Hoy Jesús también sale a tu encuentro y te dice:
"Alégrate. No tengas miedo. Ve y anúncialo."


