Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día de hoy, Jesús nos invita a meditar sobre la promesa que hace: "El que guarde mi palabra no morirá para siempre". Sin embargo, muchos no comprendemos que no se refiere solo a la vida física, sino a una existencia más allá de la muerte, a la vida eterna a la que todos estamos llamados.
El padre Giovanni nos invita a reflexionar:
¿Crees de verdad en la vida eterna que Jesús ofrece?
Jesús hace una promesa poderosa:
"El que guarda mi palabra no morirá para siempre."Pero los judíos no entienden. Se escandalizan. Le dicen:
"Ahora sabemos que estás endemoniado. Abraham y los profetas murieron, ¿y tú dices que quien guarde tu palabra no morirá?"No comprenden que Jesús habla de una vida más allá de la muerte física.
Jesús no vino solo a prolongar nuestra existencia, vino a ofrecernos vida eterna.
Significa creer, obedecer, vivir según ella.
Es confiar en Él cuando todo se tambalea.
Es seguirlo aunque el mundo diga lo contrario.Quien vive así, nunca morirá para siempre, porque ya ha empezado a vivir en la eternidad desde ahora.
¿Quién te crees que eres?
Le preguntan con enojo:
"¿Eres tú más grande que nuestro padre Abraham?"Y Jesús responde con una revelación divina:
"Antes que Abraham existiera, Yo Soy."Aquí no está hablando como profeta. Está revelando su identidad divina.
"Yo Soy" es el nombre con el que Dios se reveló a Moisés.Jesús no solo es anterior a Abraham, es eterno, es Dios.
Por eso toman piedras para apedrearlo. No pueden aceptar que el que está frente a ellos es el mismo Dios que dicen conocer.
¿Tú reconoces a Jesús como Dios o solo como un personaje religioso?
Él te ofrece vida eterna, pero solo si crees en Él de verdad y guardas su Palabra.
¿Vas a tomar la piedra o vas a tomar la decisión de creer?