Campaña de Cuaresma 2025
Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.
México es un país donde se acostumbra a bautizar a los niños desde que son bebés. Es la herencia que los frailes franciscanos españoles nos legaron cuando evangelizaron el país. Por eso, encontrar casos de jóvenes y adultos sin el bautismo todavía es poco común. No obstante, esta es la situación de Dilan Jesús Venancio Capulín, un chico de diecisiete años, sencillo y amable, quien poco a poco ha madurado su fe, lo que se refleja en su deseo de recibir los sacramentos de iniciación cristiana.
En entrevista para Aleteia, Dilan comparte que se dedica a trabajar en la construcción y que vive con su abuelita, quien ha sido una pieza fundamental en su camino hacia la fe católica; ella siempre le dijo que necesitaba el Bautismo y acercarse a la comunión.
Sin embargo, el problema de origen radicó en que su madre nunca estuvo de acuerdo porque pertenecía a una religión diferente.
El joven recuerda:
“Desde muy chico yo quería bautizarme. Me imaginaba que todos los bautizados ya eran hijos de Dios y yo no. Me sentía raro. Cuando me preguntaban si no estaba bautizado, se sorprendían, y más ganas me daban de bautizarme”.
Ahora pudo tomar la decisión de recibir el Bautismo porque es casi mayor de edad. Pero la verdadera razón es porque, lamentablemente, su madre falleció recientemente.

Conocer a Jesús lo ha cambiado
El joven, perteneciente a una de las diócesis del bajío, asiste a sus catequesis los sábados por la tarde, donde un grupo numeroso se prepara para el gran día.
Atentos y respetuosos, escuchan a la pareja de catequistas que los han acompañado en su descubrimiento de la doctrina cristiana.
“Me gusta mucho ir a las pláticas y escuchar”, comenta. Dilan está recibiendo su formación en la parroquia de la Resurrección, que pertenece a la Diócesis de Celaya, en el estado de Guanajuato, México.
Le preguntamos si en su preparación ya se ha encontrado con Dios y, sin dudarlo, responde que sí: “Me ha ayudado mucho. He cambiado en cosas personales. Y me he interesado más en Cristo”.
Después nos cuenta cómo fue que se integró al grupo y reflexiona:
“Busqué en varios templos pero no querían, o me decían que tenía que durar tres años para hacer un sacramento y luego otros tres años para otro; me la ponían muy difícil, hasta que gracias a Dios, encontramos este”.
La parroquia está a cargo del Director Diocesano de Catequesis, donde se imparte un curso de seis meses para jóvenes que recibirán los sacramentos de iniciación cristiana, principalmente Confirmación y Eucaristía. Solo Dilan y otros dos muchachos serán bautizados.
Un cumpleaños inolvidable
Entregado a su formación, en la que resuelve tareas y aprende oraciones, conoce cada vez más a Jesús y comprende el misterio de la Santísima Trinidad. Sabe que la fecha del Bautismo está cerca: será el 19 de abril, durante la Vigilia Pascual.
Alegremente, sugiere: “Mi cumpleaños es el 20 de abril. Es lo que le estaba diciendo a mi abuela: va a ser un cumpleaños inolvidable” y agrega con una sonrisa: “Estoy muy contento”.


