separateurCreated with Sketch.

Ir a misa con Tolkien

JRR Tolkien.

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Joseph Pearce - publicado el 22/03/25
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
La forma en que el autor de "El Señor de los Anillos" habla de la oración y la liturgia te inspirará y te dará algunas ideas para incorporar a tu propia vida de oración

Campaña de Cuaresma 2025

Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.

Donar

Hace 10 años que un sacerdote italiano pidió que se iniciara la causa de canonización de J.R.R. Tolkien. Ya en 2015, el padre Daniele Ercoli, de Turín, pidió al arzobispo de Birmingham, Bernard Longley, que iniciara el proceso de canonización. Dos años después se celebró una Misa especial en la iglesia de Oxford a la que Tolkien asistía a Misa diariamente. Al año siguiente, se celebró en Oxford una "conferencia sobre la canonización" con el objetivo de revitalizar el interés por las peticiones de que la causa del gran autor fuera iniciada por la Iglesia. Desde entonces, muy poco parece haber ocurrido para revitalizar la causa. Ahora, un libro recién publicado llama la atención sobre la santidad personal de Tolkien y su devota práctica de la fe.

The High Hallow: Tolkien's Liturgical Imagination, de Ben Reinhard, se centra en el amor de Tolkien por la Misa y su impacto en la escritura de El Señor de los Anillos.

"El Señor de los Anillos es, por supuesto, una obra fundamentalmente religiosa y católica", insistió Tolkien. El Dr. Reinhard nos recuerda que la palabra "fundamentalmente" deriva del latín fundamentum, que significa "cimiento" o "fundacional". En otras palabras, Tolkien está diciendo que su fe católica es el fundamento mismo de su obra. No es de extrañar, porque fue el fundamento mismo de la vida de Tolkien.

Sin necesidad de palabras de alegría

Cuando un amigo de Tolkien, el padre Robert Murray, sacerdote jesuita, vio similitudes entre Galadriel y la Santísima Virgen María, Tolkien se apresuró a darle la razón. "Sé exactamente lo que quieres decir… con tu referencia a Nuestra Señora, en la que se basa toda mi pequeña percepción de la belleza tanto en majestad como en sencillez".

En una carta a su hijo, le instaba a ser siempre devoto en la práctica de la fe, a frecuentar los sacramentos, especialmente la confesión, y a rezar con fervor y frecuencia. "Reza de pie, en el coche, en los momentos de aburrimiento". En cuanto a la propia vida de oración de Tolkien, la describía vívidamente en la misma carta:

"Si aún no lo haces, acostúmbrate a las 'alabanzas'. Yo las uso mucho (en latín): el Gloria Patri, el Gloria in Excelsis, el Laudate Dominum; el Laudate Pueri Dominum (al que tengo especial cariño), uno de los salmos dominicales; y el Magnificat; también las Letanías de Loreto (con la oración Sub tuum praesidium). Si te las sabes de memoria, nunca necesitarás palabras de alegría. También es cosa buena y admirable saberse de memoria el Canon de la Misa, para poder rezarlo de corazón si alguna vez una dura circunstancia te impide oír Misa".

Esta cándida expresión de la alegre vida de oración de Tolkien encontró su expresión fundamental en su obra. "La vida y la imaginación de Tolkien se basaban fundamentalmente en la liturgia", escribe el Dr. Reinhard. "Sus alegrías y penas, su arte y su imaginación -de hecho, toda actividad humana- podían fundamentarse e interpretarse a través de la oración de la Iglesia".

En un viaje a Italia con su hija, Tolkien tuvo la abrumadora sensación de haber llegado al "corazón de la cristiandad": "Sentí un curioso resplandor de vida latente y caridad - especialmente en las capillas del Santísimo Sacramento".

¿Podemos ir siempre a Misa con él?

Quizá la ilustración más dulce y tierna del amor de Tolkien por la liturgia y por los niños nos la dio un amigo que había asistido a Misa con él. En el banco de enfrente había dos o tres niños que se esforzaban por seguir la Misa en su misal ilustrado. Al darse cuenta de su dificultad, Tolkien se inclinó hacia ellos para ayudarles. Cuando su amigo salió de la iglesia después de la Misa, se dio cuenta de que Tolkien no estaba con él. Al volver a la iglesia, el amigo "lo encontró arrodillado frente al Altar de la Virgen con los niños pequeños y su madre hablando alegremente y creo que contando historias sobre la Virgen". Cuando la familia salía de la iglesia, el amigo de Tolkien oyó a uno de los niños preguntar: "Mamá, ¿podemos ir siempre a la iglesia con ese hombre tan simpático?".

En cuanto al propio amor de Tolkien por la Misa, se muestra en las palabras que escribió a su hijo ilustrando cómo la Eucaristía estaba en el centro mismo de su vida:

"De las tinieblas de mi vida, tan frustrada, pongo ante ti la única gran cosa para amar en la tierra: el Santísimo Sacramento….. Allí encontrarás romance, gloria, honor, fidelidad, y el verdadero camino de todos tus amores en la tierra, y más que eso: la muerte: por la divina paradoja, aquello que pone fin a la vida y exige la entrega de todo y, sin embargo, por cuyo sabor (o anticipo) solo lo que buscáis en vuestras relaciones terrenas (amor, fidelidad, alegría) puede mantenerse o tomar ese cariz de realidad, de perduración eterna, que el corazón de todo hombre desea".

Con estas palabras de fe ardiente y de amor a Nuestro Señor resonando en nuestros corazones, como evidentemente resonaron siempre en el corazón de Tolkien, podemos esperar y rezar para que se reavive la causa de su canonización.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.