Campaña de Cuaresma 2025
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En el Evangelio del día, Jesús nos habla sobre el propósito divino para el matrimonio. Al hacerlo, nos invita a reconsiderar nuestra visión sobre esta unión sacramental, mostrándonos que, para Dios, el matrimonio es algo sagrado y eterno, no un contrato sujeto a las circunstancias o a los sentimientos temporales.
A través de sus palabras, Jesús nos recuerda que el amor verdadero se basa en la fidelidad, el perdón y la entrega mutua.
En la reflexión que el padre Giovanni hace, nos comparte:
¿Qué significa realmente el matrimonio según Dios?En este evangelio, los fariseos ponen a prueba a Jesús con una pregunta difícil:
"¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?"
Ellos no buscan la verdad, sino una excusa para justificar el divorcio.
Jesús va más allá y les deja claro que ese no era el plan original de Dios.
"Por la dureza de su corazón Moisés les escribió ese precepto. Pero al principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer."
Luego añade una de las frases más poderosas sobre el matrimonio:
"Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre."
Hoy en día, muchos ven el matrimonio como algo temporal, como un contrato que se puede romper cuando las cosas se ponen difíciles.
Pero para Dios, el matrimonio es una unión sagrada. No es un acuerdo basado en sentimientos pasajeros, sino una alianza que refleja el amor fiel de Dios.
Por eso Jesús habla con tanta firmeza:
"Quien se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio."
No porque Dios quiera imponer una carga pesada, sino porque el matrimonio está llamado a ser signo del amor inquebrantable de Dios.
Jesús ya lo dijo: por la dureza del corazón.
Cuando en un matrimonio hay orgullo, egoísmo, falta de perdón y ausencia de Dios, se vuelve frágil.
Pero cuando un matrimonio pone su base en Dios, se fortalece incluso en las tormentas.
El amor no es solo un sentimiento. Es una decisión diaria de entregarse, de servir, de perdonar, de luchar juntos.
¿Cómo vivir el matrimonio según Dios?
Jesús nos muestra que el amor verdadero no se basa en comodidad, sino en fidelidad.
No se trata de lo que el mundo dice sobre el matrimonio, sino de lo que Dios ha querido desde el principio.
