Cada vez hay menos sacerdotes, menos bodas, menos monjas,… Lo reconoce la Iglesia católica en España. Para buscar respuestas, la conferencia episcopal ha organizado un congreso nacional sobre vocaciones del 7 al 9 de febrero de 2025 en Madrid.
Unas tres mil personas “de todas las realidades eclesiales” han participado en el encuentro, que ha recogido varias respuestas a la crisis de vocaciones:
1Pedir a Dios que mande buenas vocaciones
Es el mismo Jesús quien invitó rogar al dueño de la mies que envíe operarios. De hecho, en el congreso y en su preparación ha habido mucha oración por esta intención.
2Reconocer que la vida (y todo lo mejor de ella) es un regalo
Frente a la falsa pretensión de hacerse a sí mismo y no depender de nadie, descubrir la vida como un don y acogerla como llamada y servicio es una parte esencial de la cultura vocacional que la Iglesia ha invitado a promover.
“La cultura vocacional es una cultura donde se anuncia la belleza del matrimonio cristiano, la riqueza del compromiso laical en la vida pública, la originalidad de vocación consagrada, la necesidad de la vocación sacerdotal”, indica el documento conclusivo del congreso.
3Agradecer el propio camino de vida e intentar vivirlo a fondo y con alegría
“Feliz seas Iglesia, por los laicos que contribuyen a la santificación del mundo desde dentro siendo fermento; por los sacerdotes llamados al servicio al pueblo de Dios para anunciar el Evangelio, celebrar la liturgia y los sacramentos; por los consagrados que han recibido la llamada a dar testimonio de la trascendencia de Dios en el mundo”, ha resonado en el Pabellón Madrid Arena este fin de semana.
4Ayudar unidos en la Iglesia a que muchos puedan decir sí
Los participantes del congreso proponen “trabajar juntos con la pastoral familiar, educativa, cultural y social en torno a la construcción del proyecto personal de vida de cada bautizado”.
5Considerar urgente y prioritaria la dimensión vocacional y misionera
El documento final del congreso advierte que “quizá la conciencia vocacional y misionera pueda estar debilitándose en la Iglesia”.
Y destaca que ser católico es ser misionero: “Necesitamos hacernos conscientes del carácter vocacional que mueve toda la vida cristiana”.
¿Para quién soy?
El título del congreso es una pregunta que el Papa Francisco lanza en la exhortación Christut vivit: ¿Para quién soy?
“Eres para Dios, sin duda -responde el Papa-. Pero Él quiso que seas también para los demás, y puso en ti muchas cualidades, inclinaciones, dones y carismas que no son para ti, sino para otros”.
Los congresistas identificaron 6 desafíos actuales para discernir la vocación: el ruido, la secularización, el materialismo, el individualismo, la crisis de fe y las propias dificultades de la Iglesia.
Pero ofrecieron claves para ayudar a buscar el sentido y abrirse a la fe desde el encuentro con Cristo, cuidando la oración y el testimonio.
Y ello “siendo contraculturales y trabajando en red, con adaptación y creatividad, dando importancia a la familia, a la educación y al acompañamiento personalizado”.
Destacaron la importancia de abrirse a las necesidades de los demás y comprometerse con los más necesitados.
Y animaron a “abrazar todas las vocaciones como valiosas” convencidos de que responder a la llamada de Dios no solo te hace florecer a ti, sino que enriquece a todos.