Hoy, el Evangelio del día, nos presenta dos historias de personas que, enfrentando situaciones extremas, deciden confiar en Jesús. Jairo, un padre que teme perder a su hija, y una mujer que ha gastado todos sus recursos sin encontrar solución a su enfermedad, se encuentran con la esperanza en un solo acto de fe.
En la reflexión que el padre Giovanni hace del Evangelio de hoy, nos comparte más a detalle este pasaje:
¿Hasta dónde estás dispuesto a creer?
En este evangelio, encontramos dos historias entrelazadas: la de Jairo, un padre desesperado por la vida de su hija, y la de una mujer que ha sufrido doce años de hemorragias. Ambos tienen algo en común: su fe los lleva a buscar a Jesús.
Jairo cae a los pies de Jesús y le suplica: "Mi hija está agonizando, ven y pon tus manos sobre ella para que se cure y viva."
Jesús accede y van camino a su casa. Pero en medio del camino, aparece una mujer que ha gastado todo su dinero en médicos sin encontrar solución. Sabe que no es digna de acercarse a Jesús, pero piensa: "Si tan solo toco su manto, quedaré sana."
Se acerca en silencio, toca el manto de Jesús y al instante queda curada.
Jesús se detiene y pregunta: "¿Quién me ha tocado?"
Los discípulos se sorprenden, pero Jesús sabe que alguien lo ha tocado con fe. La mujer se llena de miedo, pero se arma de valor y confiesa lo que ha hecho.
Jesús no la regaña, al contrario, la bendice: "Hija, tu fe te ha salvado."
Pero justo en ese momento, llegan malas noticias para Jairo: "Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro."
Aquí es donde Jesús dice algo que cambia todo: "No temas, solo ten fe."
Cuando llegan a la casa, la gente ya está llorando. Para ellos, todo ha terminado. Pero Jesús dice: "La niña no está muerta, está dormida."
Se burlan de Él. Pero la fe no se deja llevar por la opinión de la gente.
Jesús entra, toma a la niña de la mano y le dice: "Talitá kum" (Niña, a ti te digo, levántate).
La niña se levanta de inmediato y empieza a caminar.
Aquí hay un mensaje poderoso: Jesús tiene poder para sanar lo que el mundo da por perdido.
Tanto la mujer como Jairo enfrentaron obstáculos: la mujer, su vergüenza y enfermedad; Jairo, la burla y la desesperanza. Pero ambos confiaron en Jesús.
¿Cuántas veces has sentido que tu problema no tiene solución? ¿Cuántas veces has pensado que ya es tarde para que Dios actúe?
Jesús te dice hoy lo mismo que a Jairo: "No temas, solo ten fe."
Dios no llega tarde. No importa cuán imposible parezca, si confías en Él, verás su poder.
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