Desde la muerte de san Chárbel Makhlouf en Nochebuena, el intercesor celestial ha demostrado una y otra vez ser un poderoso instrumento a través del cual Dios ha revelado su toque sanador.
Incluso su muerte estuvo rodeada de luz divina.
Mireille Haj-Chahine escribió para Salt and Light sobre las circunstancias de la muerte de san Chárbel:
"El 16 de diciembre de [1898], durante la Misa, Chárbel sufrió una parálisis. Estuvo agonizando durante ocho días, pero continuamente repetía las palabras de la Misa, entre ellas 'Abou tkoshto' en lengua siríaca; que significa 'O PADRE SANTO'".
Muere en Nochebuena
Según diversos relatos sobre su muerte, san Chárbel falleció en Nochebuena, el 24 de diciembre. Se dice que murió mientras rezaba los nombres de Jesús, María y José.
El sitio web de la Familia de San Sharbel de Estados Unidos explica cómo empezaron a producirse milagros poco después de su muerte:
"Tras su muerte, la gente empezó a decir que veía luces alrededor de su tumba. Cuando las autoridades eclesiásticas abrieron la tumba, encontraron el cuerpo de San Sharbel incorrupto y exudando sudor y sangre".
Los milagros siguen asociándose a su intercesión, especialmente para quienes visitan su tumba o veneran sus reliquias.
Podemos observar que su muerte en Nochebuena es una muestra más de su cercanía a Dios durante su vida en la tierra.