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Obedecer al Espíritu Santo significa "no querer predicarnos a nosotros mismos, sino a Jesús, el Señor", advirtió el Papa Francisco en la audiencia general del 4 de diciembre de 2024, celebrada todavía en la Plaza de San Pedro a pesar de la humedad y el frío. El Pontífice prosiguió su serie de enseñanzas sobre el Espíritu Santo, esta vez centradas en "la obra de evangelización", que debe seguir siendo el punto de inspiración de los predicadores. Como cada miércoles, lanzó también un llamamiento por la paz, mencionando en particular a "la martirizada Ucrania".
"Cualquiera que se dedique a la evangelización sabe bien lo que significa en la práctica 'no predicarse a sí mismo'", explicó el Papa. "A menudo hay sermones largos, de veinte o treinta minutos·, dijo. El primer Papa jesuita, cuyas homilías raramente superan los diez minutos, insistió en que "los predicadores deben predicar una idea, un sentimiento, una llamada a la acción". "De lo contrario, la atención se desvanece" y "ves a la gente salir a fumar un cigarrillo", bromeó.
"No querer predicarse a sí mismo significa también no favorecer siempre las iniciativas pastorales promovidas por nosotros mismos y ligadas a nuestro propio nombre, sino colaborar de buen grado, si se nos pide, en las iniciativas comunitarias, o en aquellas que se nos confían así por obediencia", explicó Francisco.
El Papa recordó que el Espíritu Santo es el "vehículo" de la predicación cristiana, cuyo "contenido" es el Evangelio.
"La predicación de Jesús, y después la de los Apóstoles, contiene también todos los deberes morales que se desprenden del Evangelio, comenzando por los Diez Mandamientos y terminando por el 'nuevo' mandamiento del amor", subrayó.
"Si no queremos volver a caer en el error denunciado por el apóstol Pablo de anteponer la ley a la gracia y las obras a la fe, debemos partir siempre del anuncio de lo que Cristo ha hecho por nosotros", insistió Francisco, llamando a vivir la predicación en una sincera dinámica de oración.
"¡Qué desgracia es predicar sin rezar! Os convertís en lo que el Apóstol llama metal que resuena, címbalo que retiñe", dijo el Pontífice, citando la Carta de san Pablo a los Corintios.
Llamamiento a la paz
Como cada miércoles, al final de la audiencia general, el Papa pidió oraciones por la paz, mencionando a "los mártires de Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar". "La guerra es una derrota humana. La guerra no resuelve los problemas. La guerra es mala. La guerra destruye", insistió Francisco.
El pontífice argentino lamentó "los tantos niños muertos, los tantos inocentes muertos". "Recemos para que el Señor nos lleve a la paz. Recemos siempre por la paz", imploró, en un contexto geopolítico marcado por el aumento de focos de inestabilidad en todo el mundo.