La violencia y el acoso escolar son problemas sociales graves que afectan a miles de niños y adolescentes en todo el mundo. Se manifiestan en diversas formas: agresiones físicas, verbales, psicológicas e incluso cibernéticas. Por ello, es importante estar informados y al pendiente de los hijos.
El acoso escolar, también conocido como bullying, involucra una conducta intencionalmente agresiva o desequilibrada, que busca intimidar, humillar o excluir a la víctima. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) entrevistó a 11.7 millones de personas de 12 a 17 años que asistían a la escuela en México durante 2022 y encontró que el 28% había sido víctima de acoso escolar en los últimos 12 meses.
Dentro y fuera de las aulas
Mayela Torres, maestra en Gestión Directiva y experta en educación, explicó para Aleteia tres de los factores que potencialmente influyen en el comportamiento de los estudiantes, provocando que tengan conductas agresivas hacia sus compañeros.
Personales: falta de herramientas de inteligencia emocional, manejo de la frustración, vicios que no fortalecen el autodominio (como la pornografía), exceso de tiempo en redes sociales e Internet, exposición a programas de televisión, películas y videojuegos con alto contenido de violencia, aislamiento social, etc.
Familiares: falta de herramientas en la resolución de conflictos, estilo agresivo o violento de relación familiar, ausencia de límites, poco o nulo diálogo, imposición, autoritarismo y burlas.
Sociales: exceso de contenido violento en redes sociales, películas, música y demás producciones de consumo, ya que éstas generan un ambiente normalizado de violencia.
Estos factores influyen en el comportamiento del niño, y por ende, es necesario que los padres supervisen y hagan equipo con el personal docente de la escuela.
Cómo saber si mi hijo sufre acoso escolar
Muchas veces los niños no expresan que están sufriendo bullying en la escuela por miedo y vergüenza, entre muchos otros factores. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), publicó recientemente un informe de Bienestar Infantil; en él explica que las víctimas de acoso escolar pueden ver su vida convertida en un infierno y tener problemas de depresión y absentismo escolar.
Como directora de una preparatoria, Mayela es consciente de que este es un tema difícil de detectar en sus inicios, por ello, "es muy importante mantener un canal de diálogo abierto y de confianza, fomentando la honestidad, para que los niños sepan que, cuando tengan un problema, pueden acudir a nosotros y les creeremos".
La importancia del diálogo con los estudiantes
En el diálogo con los hijos o estudiantes (en el caso de los docentes) se pueden detectar señales que nos indican que el niño está siendo víctima de acoso escolar. Algunos de ellos son: "Cambios repentinos de calificaciones o de conducta, observar al niño o adolescente aislado, triste, preocupado, o temeroso de que podamos tener acceso, por ejemplo, a sus cuadernos, conversaciones, redes, entre otros", explicó la maestra Mayela Torres.
Prevención el acoso escolar
La práctica de estrategias de prevención es estrictamente necesaria para evitar que el niño se convierta en agresor o víctima. Mayela destaca que "es muy importante que los maestros cuiden el ambiente que propician con sus comentarios. Evitar comparaciones, burlas o carrilla. Que todo nuestro actuar gire siempre en torno a dignificar a la persona, desde la forma en que nos dirigimos a ellos, como los reprendemos, etc.".
En el caso de los padres, deben estar al pendiente de los hijos, generando la confianza en ellos, de esta manera se protegerá la vida estudiantil del menor.