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Dios "siembra en nosotros" la santidad, dice el Papa Francisco el 1 de noviembre de 2024, Día de todos los santos, fiesta de todos los santos. Desde la ventana del Palacio Apostólico, insistió en la relevancia de este objetivo para todo cristiano, poniendo como ejemplo a Carlo Acutis, la Madre Teresa, Maximiliano Kolbe y el arzobispo Óscar Romero.
El Evangelio de las Bienaventuranzas, leído en la fiesta de Todos los Santos, es a la vez un "carné de identidad" para los cristianos y un "camino de santidad", dijo el Pontífice en su discurso a los miles de fieles reunidos en la Plaza de san Pedro. Y para vivir esta santidad como cristianos, explicó, hay que comprender que resulta tanto de un "don de Dios" como de la "respuesta" que cada uno puede dar a este don.
Es Dios quien "santifica", dice el Papa, y por eso debemos pedirle que haga nuestro corazón "como el suyo". Citando al beato Carlo Acutis -a quien canonizará en 2025-, explica que debemos esforzarnos por tener "menos de mí para dejar espacio a Dios".
Aunque Dios "siembra" la santidad en todos, no la impone, dice Francisco. Subraya que el Señor deja a cada uno "libre para seguir sus buenas inspiraciones" y ponerse al servicio de los demás.
Esta santidad es relevante en nuestro tiempo, insiste el Papa, citando figuras recientes como Maximiliano Kolbe, la Madre Teresa y el arzobispo Óscar Romero, así como los santos "de la puerta de al lado", personas que todos podemos encontrar en nuestras vidas y que son "hermanos y hermanas modelados por las Bienaventuranzas".
Al final de su discurso, el Pontífice deseó a todos una "feliz fiesta en compañía de los santos" y denunció el destino de los “inocentes” en las guerras, citando Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar y Sudán del Sur”. También rezó por las víctimas del terrorismo en Chad y de las inundaciones en España.