Si te conocen como "el que siempre llega tarde, y aunque aseguras que no te volverá a pasar, vuelves a ser impuntual, entonces necesitas hacer algunos cambios en tu rutina. El tema de la puntualidad es un tema con el que muchos lidian, pues entrenar tu mente y alma para tener un mejor estilo de vida requiere de tiempo y esfuerzo.
Desde que suena la alarma tenemos la primera batalla que atenta con nuestra puntualidad, pues muchos aplazan la alarma para poder dormir "cinco minutos más y ya", mismos que terminan siendo media hora o quizás hasta más…
La puntualidad es un valor único e irremplazable, lleno de grandes beneficios, no solo para quedar bien, sino también para tu vida espiritual.
La maravillas de la puntualidad
David Allen, autor del libro Getting Things Done, argumenta que ser puntual ayuda a establecer rutinas eficientes, lo que permite aprovechar mejor el tiempo y aumentar la productividad general.
De esta manera, usar tu tiempo sabiamente te puede ayudar a prevenir el estrés y la ansiedad, así como ayudarte a dar una mejor impresión de ti; ya que la puntualidad también es pensar en el otro, en su tiempo y en su persona. Si somos puntuales en nuestras actividades, podremos serlo también para ganarnos el cielo.
Entonces, ¿Cómo puedo mejorar mi puntualidad?
1Planifica con antelación
La especialista en comunicación y autora, Teresa Baró, explicó que “no es lo mismo iniciar la actividad programada a cierta hora que llegar a la hora” Ya que para empezar a la hora, hay que llegar antes.
Por lo tanto, revisa con tiempo la ruta, para considerar el tráfico y la distancia ,y así saber cuánto tiempo vas a necesitar para desplazarte. Además, dejar tu vestimenta y cosas preparadas un día antes también te ayudará.
2Organízate
Lleva una agenda física o digital, dependiendo la forma que más se adecue a ti. Haz un horario con todas tus actividades y determina tiempo para cada una. De esta forma será más sencillo para ti y podrás priorizar actividades.
Incluso puedes tener un pizarrón en casa, que te ayude a ver tus planes y responsabilidades en grande y con colores. En tu horario no solo puedes incluir actividades laborales, también, momentos de oración, Misa, etc.
3Sé realista y consciente
Muchas veces pensamos que podemos alcanzar a resolver algo en "cinco minutos" pero, al final, toma más tiempo del estimado. También sé consciente de que no siempre se puede ir a todas partes el mismo día, ni hacer muchas cosas a la vez.
A veces se cruzan compromisos el mismo día y, por querer quedar bien con todos, terminamos llegando tarde a algún lugar o estamos distraídos y no hacemos las cosas bien.
4No dejes las cosas para después
Cuando no realizamos las cosas a tiempo, se nos van acumulando, mientras caemos en una actitud de procrastinación, dando como resultado el retazo de las demás actividades.
Para que notes un cambio, tienes que poner todos los puntos en acción, ya que funcionan en secuencia. Muchas veces, esa es la causa de no ver un cambio notorio. Sin embargo, recuerda que la paciencia, la constancia y el esfuerzo harán el cambio.