La reina Isabel la Católica (1451-1504) plantó las "semillas de nuestras modernas declaraciones de derechos humanos" al crear las primeras leyes para defender a los amerindios, afirma el Papa Francisco en una carta publicada el 19 de septiembre de 2024. Condenando los abusos cometidos por las tropas de Colón, culpables de una "violación masiva de los derechos humanos" al practicar la esclavitud, recuerda no obstante que "la historia no da marcha atrás" y que, por tanto, hay que "construir sobre estas situaciones".
El mensaje del Papa se envió con motivo de la presentación de un libro sobre justicia transicional -los procesos y mecanismos que pone en marcha una sociedad para intentar saldar abusos masivos cometidos en el pasado- en el contexto específico de América Latina. La presentación tuvo lugar en Tenerife, en las Islas Canarias (España), durante la Conferencia de Ministros de Justicia de los países iberoamericanos y de lengua portuguesa, inaugurada por el Rey Felipe VI de España.
En su carta, el Pontífice afirma que quiere "extraer lecciones del pasado" para encontrar "respuestas coherentes y significativas a los desafíos actuales". Para ello, ha decidido echar la vista atrás, a la práctica de la esclavitud por parte de los miembros de las primeras expediciones de Cristóbal Colón a las Indias Occidentales, y a la reacción de la corona española, a cuyo servicio estaba el navegante genovés.
El Papa argentino reconoce que, para los estándares actuales, la práctica de la esclavitud por parte de los colonos españoles fue una "violación masiva de los derechos humanos". "América y Europa estaban destinadas a encontrarse", cree sin embargo el Pontífice, afirmando que, puesto que "la historia no vuelve atrás el reloj, […] debemos construir sobre estas situaciones sin engañarnos".
Isabel la Católica, precursora de los derechos humanos
Aunque no defendió a Cristóbal Colón, el Pontífice sí alabó la respuesta de la reina Isabel de Castilla, conocida como "la Católica", a la práctica de la esclavitud en el Nuevo Mundo. Se refiere a las instrucciones que Isabel y su esposo Fernando II de Aragón dieron a Cristóbal Colón, pidiéndole ya en 1493 que prohibiera el reparto de población indígena entre los colonos y fomentara su conversión y trato justo.
Sin embargo, estas instrucciones, confirmadas por las llamadas leyes de "Indias" en 1500, no fueron respetadas, y algunos historiadores han cuestionado el papel de la monarquía española en los excesos de los "conquistadores". No obstante, el Papa Francisco ve en ellas "el germen de nuestras modernas declaraciones de derechos humanos".
En 2020, el cardenal español Antonio Cañizares declaró que el Papa Francisco creía que Isabel de Castilla debía ser reconocida como santa. En su carta, el pontífice considera que las acciones de la reina estuvieron guiadas por su fe, porque "sabía que tenía que dar cuenta de sus actos a Dios".
El Papa Francisco afirma que la reina Isabel se opuso a la violencia con la "fuerza de la ley" y elogia las "soluciones valientes, innovadoras y firmes" encontradas por la soberana. En particular, destaca las "reparaciones" realizadas mediante la liberación forzosa de los esclavos y la "reforma institucional" puesta en marcha para prohibir formalmente la esclavitud.
Para el primer Papa de América Latina, Isabel la Católica dio así "un paso de gigante" en las relaciones entre las poblaciones indígenas y europeas y "ofreció todo lo que pudo desde su posición a los nuevos pueblos que conoció". Elogiando su espíritu "noble", reconoce que las leyes que promulgó pueden, sin embargo, haber quedado en "papel mojado" y que, cuando no se aplicaron, persistieron las "tensiones".