San Bernardo de Claraval es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero uno de los que más impacto ha tenido. Nació en Borgoña, Francia (cerca de Suiza) en el año 1090. Con sus siete hermanos, recibió una excelente formación en religión, latín y literatura.
Además del gran intelecto y capacidad de convertir a las almas por su extraordinario carisma al hablar de Dios, también es un gran maestro que fue nombrado “abad”; es decir, era un líder espiritual en el monasterio.
Una personalidad única
Este doctor de la Iglesia, llamaba la atención por ser amable, simpático, inteligente, bondadoso, alegre y jovial. Sin embargo, también tuvo retos y tentaciones durante su vida.
Te compartimos algunos de sus mejores consejos que lo llevaron a la santidad para que puedas llevar una vida encaminada al cielo, venciendo las pasiones diarias.
1A grandes males grandes remedios
En una etapa su vida, se encontró cara a cara contra sus propias pasiones, las cuales eran contra la castidad y además tuvo amistades que no eran sanas, por lo que sentía un profundo vacío al convivir con ellas.
San Bernardo tomó grandes remedios para acabar de raíz con esos problemas, principalmente cortando la relación con esas amistades; en otra ocasión, decidió aventarse a la nieve para que su cuerpo sintiera un frío extremo, pues sabía que a la carne le gusta el placer y comprendió que, si la castigaba así, las tentaciones no lo vencerían tan fácilmente. Aquel tremendo remedio le trajo liberación y paz.
Siguiendo su ejemplo, puedes tomar medidas que te ayuden a vencer tus propias tentaciones; cada persona lleva pasiones diferentes, pero si este es tu caso, puedes optar por duchas frías o estrategias que te ayuden a cortar de raíz ciertos hábitos, así como las malas amistades.
2Sé firme y perseverante al llamado de Dios
Cuando Bernardo decidió unirse al monasterio de los monjes benedictinos Cistercienses, luego de sentir el claro llamado de Jesús en una Navidad. Su familia no aceptaba dicha decisión.
Después de un tiempo, toda su familia tenía los mismos anhelos de santidad y ahora los hombres de su familia querían unirse con él al Cister. Si este monje cisterciense no hubiera aceptado el llamado de Dios, no hubiese fundado más monasterios para llevar más almas al cielo.
Dios ha puesto en ti una misión, no dudes en seguir su voz. Recuerda que cada llamado que Dios hace, viene acompañado de frutos, a pesar de los retos.
3Fortalece tu vida espiritual ser testimonio vivo
Escuchar a san Bernardo era sentir un impulso fortísimo a volverse mejor. Por esta misma razón es que le llamaban "Doctor Melífluo", que quiere decir "Doctor boca de miel".
De la misma manera, debemos fortalecer nuestra vida espiritual para que al hablar con otros podamos transmitir la alegría de seguir y alcanzar a Cristo.
4Acércate a María
Este extraordinario santo es también conocido por ser muy devoto de la Virgen María, por lo que siempre recomendaba a sus monjes acercarse al amparo maternal de María.
Por lo que te recomendamos leer sus escritos de amor a María. Como dato curioso, san Bernardo compuso las últimas palabras de la Salve: "Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María".
Cuando él rezaba a la Virgen, todos quedaban maravillados por el gran amor con el que oraba y hablaba de ella. Así que no dudes en ir tras las huellas de este magnífico santo para llegar al cielo que espera por ti.