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San Juan Pablo II, en su encíclica Redemptor hominis, n. 10, explicó que "el hombre no puede vivir sin amor" por lo que estamos llamados a vivir y plenificar ese amor; y cuando se trata de un amor de pareja, debemos ser muy atentos al amor que Dios nos invita a vivir.
Por ello, es importante conocer el amor, puesto que podemos llegar a aceptar ideas erróneas que en realidad no son amor.
Una invitación al amor real
Un amor real implica abrirse y donarse al otro, lo que quiere decir que mostramos nuestras heridas, mientras las trabajamos, para sanarlas, y así amar al otro de verdad.
Sin embargo, dice Miguel Ruiz, en su libro La Maestría del Amor, que el ser humano teme a ser herido, por lo que protege sus heridas emocionales, creando “un gran sistema de negación”. Estas experiencias llevan a crear falsas ideas del amor que en realidad no lo conciben tal cual es, lastimando a la persona, pues como el conferencista Johnny Abraham asegura: "El amor no lastima, son las personas que no saben amar".
Dios nos invita a vivir un amor total, pues quiere lo mejor para nosotros, de ahí la importancia de detectar cuando estamos recibiendo menos amor del que merecemos.
Estas son algunas señales que no representan un amor verdadero, sino -más bien- un desamor, que se suele confundir y que se convierte en sufrimiento en lugar de plenitud:
1No hay prioridad
En toda relación debe de haber prioridad por la persona amada para conocerla diariamente, pasar tiempo de calidad juntos y -por supuesto- querer su bien.
2No hay interés
El interés por escuchar y conocer de la persona se manifiesta preguntando aspectos sencillos -pero que hacen la diferencia- como: ¿qué tal te fue hoy?, ¿cómo estás?, ¿qué hiciste hoy?, etc.
Frecuentemente, conversaciones como estas se omiten por falta de tiempo, sin embargo, cuando en verdad importa la persona, no se ve si hay tiempo, sino que se hace el tiempo.
3sensación de carga
El amor verdadero no se siente como una carga, a veces se piensa que esto es parte del amor; sin embargo, un amor verdadero nunca tendrá un peso que lastime y oprima. Claro que habrá retos, pero son ambos contra los retos, no uno contra el otro.
4No te impulsa a ser mejor
Cuando un amor no te lleva a ser la mejor versión de ti mismo para alcanzar a Cristo, sino que - por el contrario- te lleva a tener hábitos que no son sanos o te desmotiva en tus deseos de alcanzar tu mayor potencial, no es señal de amor verdadero.
5Heridas
En ocasiones permitimos ser lastimados, humillados o criticados pero el verdadero amor no es agresivo ni destructivo, jamás buscará que te sientas mal; al contrario, buscará hacerte sentir único y feliz.
Todos tenemos heridas; sin embargo, no debemos dejar que estas nos alejen del amor que Dios quiere que demos y recibamos.