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Jesús reza con frecuencia a lo largo de los Evangelios, tanto en oraciones audibles como en oraciones en silencio que no quedaron registradas.
La oración más larga registrada en los Evangelios se encuentra en el Evangelio de Juan.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica un poco el trasfondo de esta oración:
"Cuando llegó 'su hora', Jesús oró al Padre. Su oración, la más larga transmitida por el Evangelio, abarca toda la economía de la creación y de la salvación, así como su muerte y su resurrección. La oración de la Hora de Jesús sigue siendo siempre la suya, como su Pascua "de una vez para siempre" sigue siempre presente en la liturgia de su Iglesia.
La Tradición cristiana llama con razón a esta oración la oración 'sacerdotal' de Jesús. Es la oración de nuestro sumo sacerdote, inseparable de su sacrificio, de su paso (Pascua) al Padre al que está totalmente 'consagrado'".
Una oración de la Última Cena
La oración se sitúa durante el relato de la última cena, justo antes de que Jesús vaya con sus discípulos al huerto de Getsemaní y sea arrestado en la noche del Jueves Santo:
"Dicho esto, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: 'Padre, ha llegado la hora. Da gloria a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique, así como le diste autoridad sobre todos los hombres, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú enviaste, Jesucristo. Yo te glorifiqué en la tierra cumpliendo la obra que me encomendaste. Ahora glorifícame, Padre, contigo, con la gloria que tenía contigo antes del principio del mundo".
La oración tiene un total de 26 versículos y ofrece un profundo ejemplo de oración que no aparece en ninguno de los otros Evangelios.
El Catecismo continúa su comentario sobre esta oración única:
"En esta oración pascual y sacrificial, todo se recapitula en Cristo: Dios y el mundo; el Verbo y la carne; la vida eterna y el tiempo; el amor que se entrega y el pecado que lo traiciona; los discípulos presentes y los que creerán en él por su palabra; la humillación y la gloria. Es la oración de la unidad" (CIC 2748).
Si necesitas una oración para meditar, prueba a leer y releer la oración más larga de Jesús de la que se tiene constancia.