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“Los niños son los mejores teólogos que existen”

Catequesis niños

Liz Guerra, Receba Guerra y Araceli Salazar

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Majo Frias - publicado el 30/04/24
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En este día del niño, Aleteia se adentra a descubrir cómo es la fe de los niños y cómo pueden ellos, desde su pequeñez, ser medios utilizados por Dios para enseñarlos, ayudarnos y recordarnos cuánto nos ama nuestro Padre

Contrario a lo que muchos suelen pensar, el niño tiene una gran capacidad espiritual, no se conforma con respuestas sencillas para sus grandes preguntas, y tiene la misma necesidad que un adulto de vivir el silencio y de saberse amado por Dios; esto lo saben muy bien Araceli Salazar y Rebeca y Liz Guerra, catequistas del Atrio del Buen Pastor desde hace más de veinte años.

El Atrio del Buen Pastor es un sistema de catequesis de tipo Montessori que nació en Italia en 1996 y que está presente en muchas partes del mundo. En este sistema se aplican todas las enseñanzas de María Montessori, y es Jesús mismo quien habla a los niños; las catequistas son uno más en el grupo.

Rebeca Guerra comparte que, durante los 28 años que ha sido catequista, no ha habido una sola tarde de trabajo en la que no reciba un regalo de Dios a través de los niños. Sus palabras, cuestionamientos y meditaciones, han despertado en ella grandes momentos de reflexión y silencio.

“Para mí, uno de los mayores regalos o satisfacciones es ver lo que Dios va haciendo a través de este trabajo; niños que se cuestionan, que piensan y que no es tan fácil que acepten lo primero que uno les diga. Eso para mí ha sido muy satisfactorio porque yo me pongo a pensar en los futuros ciudadanos que van a llegar a ser si permanecen dentro del rebaño, si permanecen adheridos a la vid”. 

niños Catequesis
Materiales de trabajo para niños de 3 a 6 años

Sean como niños

A Liz, saber que Jesús dijo que quien fuera como un niño entraría al Reino de los cielos, la invita a pensar que Jesús quiere que se abra y confíe, que viva en la esperanza de que Él nos dará lo mejor.

“Nosotros observamos cómo el niño trabaja, cómo acoge el anuncio, cómo resuena en él la Palabra de Dios y (en esos momentos) no vemos otra cosa que no sea ¡gozo, gozo, gozo! Eso a mí me resuena en el corazón, porque (Jesús) me dice: el que sea gozoso con todo eso que yo le doy, ese es como un niño, y de él será el Reino de los cielos”.

Y Rebeca añade: “Ellos confían, son sencillos, no son complicados, son muy francos, muy directos y con breves palabras. Son los mejores teólogos que existen. Muchos de ellos me han llevado a pensar y a meterme en dinámicas que (de otra manera) no se habían dado en mí”.

En las enseñanzas de María Montessori, Rebeca ha descubierto que los espacios de silencio no se tratan de una imposición a silenciarse, sino de una respuesta para escuchar al Maestro. 

“Es a través del silencio que niños y adultos nos hacemos ciertos cuestionamientos o vamos descubriendo esas capacidades y dones que Dios nos ha provisto, pero que muchas veces, por el correr de la vida diaria, no descubrimos. Entonces, la catequesis, en ese sentido, puede también reforzar esas cualidades reflexivas”.

Y con la lección Montessori de los tiempos (escucha, meditación del mensaje recibido y apropiación del anuncio), tanto ella como los niños, descubren verdaderamente el sentido de lo que dice Jesús en su Palabra, o de lo que se vive en la Misa, y eso es lo que cambia a la persona. 

“Ver el cambio que van teniendo los niños es un regalo maravilloso; el poder ser partícipes, como catequistas, genera un impacto que trasciende cualquier cosa que podríamos haber imaginado”.

Dios nos cuida a todos como un Padre amoroso cuida a su hijo más pequeño

Para Liz, ver cómo Dios cuida a su criatura -desde el vientre materno hasta que nace y crece paso a paso- fue la manera en la que se dio cuenta de la paciencia y amor con que Dios nos cuida a todos, incluida ella, como adulto.

A mí me ha cambiado porque ya no soy la misma desde que empecé a maravillarme de lo que Dios va haciendo en el ser humano”.

“Nosotros, en la catequesis del Buen Pastor, nos sentamos junto con los niños, al mismo nivel que ellos, y trabajamos al mismo nivel que ellos, y estoy hablando de longitud y dimensiones, eso me hace cada vez más humilde”.

Araceli también descubre que su vida ha cambiado desde que es catequista. “Yo era más fría; ahora soy más amable; yo pensaba ‘no puedo ser maestra, nunca voy a servir para eso. Y cuando llegué a la catequesis Buen Pastor, me di cuenta de que sí puedo serlo, Dios nos transforma”. Ahora se maravilla y llena de alegría al ver que los niños comprenden lo que sucede en la Misa.

Descubrirse como oveja, como sarmiento de la vid

Catecismo niños
En los espacios de trabajo, todos los materiales son del tamaño, color y textura necesarios según la etapa del desarrollo del niño

En el atrio, todo está dispuesto para su aprendizaje. Todos los materiales tienen los colores, texturas y formas necesarias para que, más que memorizar, los niños experimenten y se apropien del conocimiento.

Durante los nueve años que dura el programa completo de formación, los niños descubren esas cualidades hermosas que Dios ha puesto en su alma, y llegan al conocimiento de que, gracias a ese tesoro que Dios ha puesto en ellos, pueden aspirar a grandes cosas como personas íntegras.

Al niño se le va diciendo eres valioso, eres importante, eres hijo de Dios. Y entonces, al descubrirse como tal, al descubrirse como oveja, como sarmiento de la vid, entonces el niño se goza y desea ponerse en acción”

Y concluyen afirmando que -aunque los adultos en ocasiones piensan lo contrario- el niño ama el orden y tiene la capacidad de cumplir con sus responsabilidades, de contribuir con ciertas tareas en el hogar y conquistarse a sí mismo:

“Tiene el potencial suficiente para desarrollarse con todas las capacidades que Dios le ha dado, con todas las virtudes que Dios le ha regalado, con todo lo que es como persona”; por ello, es importante que los padres apoyen y acompañen su crecimiento y formación, que se preocupen de su desarrollo físico, emocional y espiritual.

Descubrir en los niños el amor que Dios padre nos tiene, verlos comprender los grandes misterios de la fe, experimentar Su amor y saber que están dotados de dones y cualidades para construir una mejor sociedad las llena de paz y agradecimiento con Dios porque “a través de las catequistas, Él obra”.

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